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sábado, 25 de febrero de 2017

LOS MICTLA: LOS GIGANTES DE JUTIAPA


LOS MICTLA 
La leyenda de los gigantes de Jutiapa

Cuenta la leyenda que los Mictla fueron los antepasados de los Xinkas y Pipiles. Tanto los españoles como los mexicas reconocieron la bravura y la fortaleza de los grandes guerreros Mictlan quienes venían directamente del sur.

Pero no solo eran guerreros, sino que además contaban con una cultura muy rica que nos ha legado leyendas tan fantásticas como la que habla de los gigantes que habitaron alguna vez el suelo jutiapaneco.

Los Mictla fueron los ancestros de los Xinkas y quienes les enseñaron el arte de la herreria, que aquellos perfeccionaron. Desde entonces, los habitantes del pueblo de Asunción Mita y Atescatempa se dedican a la producción de herrajes, lo que junto con la agricultura conforma su forma principal de sustento.

Cuentan los ancianos que los Mictlan se alimentaban principalmente de conejos, aunque no descartaban la carne de otros animales a los que daban caza, y de cuyas pieles se vestían. Los gigantes eran nómadas y les gustaba moverse de un lado a otro libremente, por lo cual sembraban poco y siempre carecían del suficiente maíz para completar su alimentación.

Aunque iban por todos lados y llegaban a lejanos terruños, su territorio favorito era el Oriente(Jutiapa a Chiquimula) porque desde ahí el Sol inicia su nacimiento y viaje hacia el Inframundo.

Los Mictla poseían una enorme fuerza física que les permitía levantar toneladas de piedras sin sufrir ningún daño. Gracias a su fuerza pudieron construir enormes templos en una sola noche. Sin embargo, a pesar de su gran fortaleza tenían un punto débil, pues si llegaban a caerse se rompían en muchos pequeños pedazos como si fueran de vidrio. Los que no se rompían y morían por otra causa, dejaban regadas sus gigantescas osamentas.

Los Mictla se extinguieron cuando el mundo desapareció, y la Tierra se volteó debido a un terrible volcan que vomitaba agua y que lleno todo de agua que arrasó con todo: hombres y animales.

Desde entonces, los Mictla le tienen un miedo atroz al agua. Y uso el tiempo presente porque hay quienes dicen que estos seres aún visitan la Tierra… y hay quienes aseguran que, disconformes con el trabajo que estamos haciendo los humanos, dejan caer sobre nosotros maleficios. Otros dicen que, por el contrario, hacen el bien.

Me han contado que en los campos que rodean al poblado de Güija y  Atescatempa aún se pueden encontrar huesos de estos seres, y se cree que, si se muelen y se mezclan con algún líquido, tienen magníficos poderes curativos.


viernes, 24 de febrero de 2017

EL EMPACHO: LA MEDICINA TRADICIONAL



EL EMPACHO
Una visión de la medicina tradicional xinka

El empacho es un padecimiento que por su frecuencia constituye una de las causas de demanda de atención más importantes de la población  menor de cinco años.

Es una enfermedad atendida principalmente por las curanderas, sobadoras y parteras, quienes consideran que afecta principalmente a los niños, aunque también puede llegar a presentarse en la población adulta.

La calidad de la alimentación constituye la causa principal del empacho. Así, la enfermedad aparece cuando las personas “no hierven bien el agua, el alimento, el atole”; o debido a “las comidas que no les caen bien, porque las comen a la fuerza, contra su voluntad, y se les pegan en el estómago; o bien por tomar alimentos descompuestos, como “comida agria”, por ejemplo.

Los síntomas más importantes que caracterizan al empacho son: dolor de estómago, falta de apetito, diarrea, basca, “sofocación del estómago” y dolor de cabeza; además, el paciente presenta “tembladera”.

Las formas de diagnóstico son varias. Generalmente, el terapeuta indaga acerca de los alimentos que el enfermo ha consumido durante los últimos días, y si siente dolor en el estómago; además, le observa los ojos “y si tiene un ojo muy chiquito, luego se sabe que es empacho”. Algunos informantes someten al paciente a una revisión: “le toco la panza y le truena muy feo, y tiene una bolita en el estómago o abajo de las costillas, generalmente a la derecha”, fenómeno que otros terapeutas describen como “tener la tripa anudada”. En la medicina tradicional de los xinkas, se designa con el nombre de “tripa” al estómago. Por último, ciertos médicos emplean un procedimiento diagnóstico que consiste en “sobarle las corvas o coyunturas de las manos y los pies al enfermo”, en donde es posible detectar “una bolita así como que corre” cuando el paciente está empachado.

El tratamiento, generalmente de tres días de duración, consiste en dar a beber, en ayunas, un preparado de plantas medicinales con el propósito de “parar la basca” y mejorar la función intestinal; enseguida, se practica una sobada para “despegar el empacho”, en conformidad con el concepto de que la enfermedad se origina por el alimento que “se pega en el estómago”. Al término de la sobada, algunos terapeutas proceden a ejecutar una práctica designada como “tronar el cuerito de la espalda”, que también forma parte del tratamiento del empacho en otras medicinas tradicionales de los pueblos xinkas. Este procedimiento consiste en levantar la piel sobre las vértebras, de modo que se escuche un tronido. Entre las plantas más utilizadas para elaborar los preparados medicinales, encontramos: la manzanilla, el matarique y el ocotillo; las raíces de la hierba del indio, de la babisa, de la inmortal y de la pionía; la cáscara de canela y de limón —para detener la basca—; pulpa de nopal; semillas de hierba del pastor; flor de sauco. Ciertos terapeutas aconsejan tomar una infusión de pezuña de venado —quemada y molida— con la misma finalidad. Para ejecutar la sobada, los informantes emplean un preparado de consistencia grasa —por ejemplo, “unto sin sal” (manteca de cerdo), mezclado con raspadura de ocotillo o de raíz de inmortal—, o el mismo té medicinal hecho con las plantas arriba mencionadas. Aunque la sobada se practica por lo general sólo a nivel de la región estomacal, a veces se procede a sobar también las articulaciones, como lo ilustra el relato que transcribimos a continuación: “Primero sobo el estómago de arriba para abajo, y luego los brazos y las piernas, especialmente en las coyunturas (articulaciones), también de arriba para abajo, para quitar lo encogido de todo el cuerpo que resultó del empacho; después sobo la espalda para abajo y por último trueno la piel de las vértebras. Al segundo día, todavía está el empacho, pero más blando y chico; luego va desapareciendo poco a poco con las tres o cuatro sobadas”.

Si no se trata en forma oportuna, “el empacho se hace viejo”, es decir, se “pega” aún más, lo que ocasiona que los síntomas empeoren. En estos casos, la terapia medicamentosa cambia, y se procede a dar un té preparado con la flor de sauco, canela y un poco de azúcar, “para soltar el empacho”. Al mismo tiempo, se hace un emplasto con flor de sauco y clara de huevo, que se aplica “en el lugar del empacho, una vez al día, hasta que se alivie el enfermo”. Esta planta también se emplea en los casos en que es necesario eliminar vómitos y calentura.

Para evitar este padecimiento, se recomienda asegurarse de que los alimentos estén en “buenas condiciones”.

Aunque el empacho es un padecimiento propio de la población infantil, también se da en adultos.

Hoy en día este tratamiento es reconocido como parte de las terapias de  síndrome de filiación cultural , dentro de la medicina indígena.

No perdamos el uso de las costumbres de nuestra medicina ancestral Xinka…. demos la oportunidad a la cura de empacho!!!

miércoles, 22 de febrero de 2017

EDUCACIÓN PRIMARIA A LOS 6 AÑOS


¿EDUCACIÓN PRIMARIA A LOS 6 AÑOS? 

Cada vez vemos más en las aulas, niños que por tener 5 años y estar en Educación Infantil se ven obligados a crecer más rápido de lo que se merecen.

Hay cosas que simplemente han de cocerse a fuego lento para que el resultado sea el esperado y sea un proceso natural y con calma. La presión, evidentemente desmotiva, y lo que no motiva es muy difícil de aprender significativamente. Bien dice Francisco Mora, ¨Solo se puede aprender aquello que se ama¨.

Y es que, de hecho, no solo se presiona para acelerar un proceso, sino que además se está utilizando un tiempo precioso, para enseñar destrezas para las que todavía no están neurológicamente maduros, cuando existen otros aprendizajes para los que sí lo están y sin embargo se ven relegados a un segundo o tercer plano como son los valores, autonomía, autoconocimiento, gestión de las emociones, juego, exploració. etc. 

Esto no quiere decir que no podamos llevar las letras a las clases de Educación Infantil, todo lo contrario. Las letras y los números tienen que estar presentes en las aulas, lo que tenemos que hacer es cuidar quizás el modo.

Cuando hablamos de preescritura, hablamos de lo que precede a la escritura, es decir, lo que prepara para poder escribir.

En nuestra mano como docentes está proporcionarles el material adecuado para potenciar ese desarrollo, para hacerlo de una manera más sensorial y este aprendizaje se archive en su mente para convertirlo en futuros aprendizajes.

De nada nos sirve, en el caso de la preescritura , ponerle una ficha al niño para que sigan con lápiz un trazo, cuando ni siquiera han tocado, sentido, acompañado un trazo, etc. Hay que preparar antes, todos los movimientos y la musculatura y en este caso es preparar las manitas. Hay que mostrar materiales que aíslen la dificultad y donde el niño pueda experimentar y ser el protagonista de su propio aprendizaje, porque ¨las manos son el instrumento de la inteligencia¨.

Preparar o no preparar, esa es la cuestión, existe la idea, bastante extendida socialmente, de que la mejor estrategia educativa es iniciar cuanto antes determinados aprendizajes.Una de las características de la tendencia escolar que se orienta básicamente en prepararlos para la etapa siguiente. Para los niños y niñas que no puedan seguir este ritmo acelerado, tales planteamientos constituyen un flaco favor: en vez de salir fortalecidos y seguros de sí mismos, acaban la etapa con una incipiente sensación de impotencia, y probablemente, catalogados como problemáticos.

La correspondencia directa entre las letras y sus sonidos son más eficaces. La comprensión de la correspondencia letra-sonido van de la mano con saber leer. Algunos niños necesitan más de ese empujón, pues quizá no estén listos para esta comprensión cuando empiezan a ir a la escuela. Tal vez su cerebro se desarrolle algo más lentamente. Si a estos niños se les da otra oportunidad para aprender a leer a una edad más tardía, pongamos a los 7 años, la cosa puede funcionar.

En algunos países, los niños comienzan a ir a la escuela a los 7 años, lo cual facilitaría que los niños que aún no están preparados, lo estén y aprendan a leer sin presiones, sin ir todos al mismo ritmo, con bloqueos emocionales, sin prisas.

Para escribir en un papel han de ser capaces de coordinar y controlar los movimientos de sus dedos, la corteza motora del cerebro, que controla la coordinación de las manos y los dedos, generalmente, no está desarrollada del todo, al menos hasta los 5 años de edad.

Además, ciertos estudios sugieren que la coordinación de los dedos y las manos progresa más lentamente en los chicos que en las chicas. El desarrollo prosigue a lo largo de la enseñanza primaria. Habiendo grandes diferencias individuales en el ritmo de la adquisición de la coordinación motora precisa, no debiendo forzar al niño cuando hace pocos progresos en la escritura simplemente porque no controla los movimientos de sus manos.

Actualmente, hay pedagogías alternativas donde el proceso de enseñanza-aprendizaje en los niños es respetar el ritmo de cada uno de ellos tanto en el niño de enero como el de diciembre, y de lo que se trata es de enseñar la lecto-escritura de una manera lo más cercana y natural posible. Primero se comienza con el sonido de la letra. Los niños aprenden a leer y escribir usando los sonidos para formar las palabras.

Las manos nos aportan información del exterior, esta información en los más pequeños se percibe a través de su mente absorbente, que absorbe todo lo que le rodea, por ello es bueno ofrecerles materiales que les proporcionen esa conexión mano- cerebro para interiorizar los trazos y los movimientos de los trazos.

Se pretende que el niño desarrolle habilidades con respecto a ciertos movimientos musculares, coordinación óculo –manual, y sentido de la laterialidad.

El desarrollo de estas habilidades psicomotrices y de ubicación espacial, son prerrequisitos para que el niño dé un paso más, y desarrolle la psicomotricidad fina necesaria para coger le lápiz y escribir.

El desarrollo de la psicomotricidad gruesa también juega un papel clave para que el niño pueda desarrollar ciertos movimientos y trazos generales; importantes para facilitar el desarrollo de la lecto-escritura. Por ello, es importante gatear para leer y escribir porque gatear permite crear conexiones entre los dos hemisferios del cerebro.

El bebé coordina sus movimientos de manera que el brazo derecho va sincronizado con el pie izquierdo, y el brazo izquierdo con el pie derecho (patrón cruzado), ambos hemisferios trabajan de forma coordinada y es posible realizar movimientos en simultaneo con ambos lados del cuerpo, ejemplo pasarse un objeto de una mano a otra. Con el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano, estableciendo una distancia parecida a la que utilizará a la hora de leer y escribir.

Es importante, que la mano siga un trazo, moviéndose de un lado a otro (se pueden hacer hendiduras con terciopelo, donde a nivel sensorial el dedo tiene que pasar por el trazo y el niño interioriza como es el trazo). El hecho de que sea sensorial, aísla la dificultad y tiene un consecuente control de error. Primero para empezar a escribir, se tienen que sentir las letras, tocarlas, palparlas, manipularlas…

Pero sobre todo, lo más importante es respetar su ritmo e individualidad. Si reciben respeto por el adulto, ganan confianza en sí mismos y eso es más importante que cualquier proceso de aprendizaje que se de en la vida

martes, 21 de febrero de 2017

HABLAR XINKA EN TIEMPOS DE EXTICIÓN


HABLAR UN IDIOMA INDIGENA EN TIEMPOS DE EXTINCIÓN.

Se estima que actualmente se hablan alrededor de 600 lenguas originarias en toda América. Antes de la llegada de los españoles el número de lenguas amerindias era el doble. Es decir, cientos de lenguas han desaparecido y con ellas la cosmovisión de los pueblos que las hablaban. 
Se calcula además, que en los próximos años alrededor de 300 lenguas van a desaparecer en todo el continente americano.
    Tal vez, si en lugar de lenguas dijéramos especies vegetales o animales despertaríamos la preocupación de los grupos ecológicos y las campañas de prevención se sucederían. Pero hablamos de lenguas minoritarias, de comunidades olvidadas, de grupos excluídos y tal vez por eso no merecen la atención de los organismos gubernamentales, de instituciones educativas, ni de los grupos intelectuales.
    En este trabajo, trataremos de mostrar cómo la educación puede, en algunos casos, contribuir a la aceleración de la extinción de la lengua de grupos minoritarios.

    En el siglo XXI, la idea de que habitamos un país monolingüe y unicultural es dominante, como resultado de un proyecto nacional en el que la diversidad es vista como un problema.
    De tal manera, los guatemaltecos son alfabetizados en un español estándar sin importar cuál es la lengua materna o las variedades regionales que se hablan y mediante la imposición de los valores de la cultura occidental, se pretende uniformar las diferencias.

    En este proyecto de país, los idiomas originarios, muchas de ellos en riesgo de desaparecer, no tienen cabida. Una de ellas es el Xinka, la segunda lengua menos conocida, después del garifuna. Se calcula que existen alrededor de 3.000 xinkahablantes en todo el país. Esta cifra se ha visto engrosada en los últimos años por politicas de rescate y preservación de la misma. La mayor concentración de hablantes nativos de Guatemala, se da en el nororiente del pais, con alrededor de 560.000 habitantes y descendientes. Se trata de una comunidad de origen mestizo en su gran mayoría.

    Las cifras que se citan son estimativas ya que en Guatemala los censos de población no indagan acerca de la lengua materna que hablan sus habitantes. 
A pesar de las numerosas objeciones, el Censo Nacional de Población de 2004, interrogó únicamente sobre la pertenencia a alguna etnia pero no sobre la lengua materna, es decir el aspecto cultural no fue tenido en cuenta. El posterior desarrollo del Censo dio la razón a las organizaciones, aborígenes y no aborígenes, que oportunamente lo denunciaron como un nuevo caso de discriminación.
El hecho de no conocer la cantidad de hablantes de las lenguas aborígenes, situación que se repite en otros países de América Latina, es considerado por algunos autores como un “etnocidio estadístico”.

En los últimos años, y como consecuencia de la globalización, se intenta convencernos de la importancia que tiene el aprendizaje de un idioma a la que se considera como universal. Esta idea no se diferencia demasiado de aquella otra que buscaba la creación de una lengua artificial, el esperanto, como medio de comunicación, sin tener en cuenta que “Cada lengua encierra la visión del mundo de sus hablantes: cómo piensan, qué valoran, en qué creen, cómo clasifican el mundo que les rodea.”  Pero quizás lo más grave de creer en la posibilidad de que una única lengua funcione como medio de comunicación universal, es no saber valorar la riqueza que supone la diversidad lingüística y cultural.

    La realidad multilingüe y pluricultural de Guatemala nos compromete a trabajar para el rescate y revalorización de las lenguas minoritarias, y la institución escolar es un ámbito privilegiado para la conservación y promoción. de las lenguas y culturas autóctonas. Se trata en consecuencia de trabajar para la formación de ciudadanos libres que construyan su futuro sobre la fortaleza de sus raíces y con un espíritu abierto a la pluralidad del mundo.

viernes, 17 de febrero de 2017

SER UN CIUDADANO INDIGENA


SER UN CIUDADANO INDIGENA

La discusión de las reformas constitucionales para el sector justicia tiene una piedra en el zapato: el reconocimiento al ancestral sistema de justicia indígena que, sin pedir permiso y con plenitud de legitimidad ha venido operando con singular eficiencia en múltiples comunidades.

 Para los ladinos guatemaltecos criados "sin sentimientos de pertenencia" ni a nuestra comunidad más inmediata, ni al sentido de Nación, podría parecer exótico y extraño un sistema de justicia integral como el que gozan los pueblos indígenas de Guatemala.

 Autoridades que son legítimas porque su liderazgo nace del servicio a la comunidad; interés por resaltar la conciliación por encima del castigo, la reparación como un elemento central y un medio efectivo de lograr la paz social. Temas avanzados para la mente ladina acostumbrada a otras cosas: la limpieza social, la prisión deshumanizadora, la represión más infame, la venganza y el odio a todo lo que no es igual a ellos. Y acostumbrados también a la ausencia de comunidad que lanza a la marginalidad a grandes grupos de la población y luego los desecha y criminaliza, o simplemente los invisibiliza segregandolos al silencio, hambre y extinción lingüistica.

El sistema jurídico “oficial” dista mucho de ser ejemplar. Podríamos aprender algo de las prácticas de una cultura milenaria. En lugar de envilecer y desprestigiar desde la ignorancia y de la mano del miedo.

Resulta casi un sarcasmo que se glorifique en estas condiciones la “justicia igualitaria”. ¿Qué significa para una persona indígena ser “iguales frente a la ley”?

 Básicamente, la obligación de someterse a una legislación que obedece a valores culturales ajenos, que además se formula de manera rígida en códigos escritos en idioma español, donde la abrumadora mayoría de juzgadores no habla idiomas indígenas y donde prácticamente no existen traductores o defensores que puedan manejar ambos idiomas. Una justicia de este corte no es igualitaria. Es
segregacionista.

Me parece que la palabra que debería regir este momento es: respeto. La cultura indígena, los ciudadanos guatemaltecos indígenas merecen todo el respeto. Y la verdadera igualdad sería en este caso, reconocer la igualdad de derecho a tener una cultura con valores propios y una visión propia de la institucionalidad. ¿Que eso nos divide? Pues es hora ya de reconocer lo que hasta los conquistadores y colonizadores españoles reconocieron tiempo atrás. El territorio de Guatemala está habitado por culturas diversas. Todas con derecho a existir. Encontrar en medio de esta complejidad una manera de convivir con respeto sería una victoria. Por fin contar un sistema de justicia verdadera donde todos nos sintamos representados.

En cuanto a la férrea oposición que ha mostrado CACIF, convendría que dejaran ya de actuar en calidad de administradores de la democracia y autonombrarse dueños del pais. No les corresponde. El país es de todos y la tarea pendiente es construirlo para que sea incluyente y de su lugar a cada indigena al lado del ladino como iguales.