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lunes, 21 de febrero de 2011

MAPA DE IDIOMAS MATERNOS DE GUATEMALA

IDIOMAS MATERNOS INDÍGENAS EN EL OLVIDO

 HOY CELEBRAMOS EL DÍA INTERNACIONAL DE LA LENGUA MATERNA NO PERMITAMOS QUE NUESTRA IDENTIDAD ETNOLOGICA SE PIERDA!!!


Debido a la inexistencia de un censo que pueda establecer cuántos maya hablantes hay en Guatemala, la conservación, promoción y difusión de sus 24 idiomas autóctonos se encuentran en el olvido. Según la página Web de la Academia de Lenguas Mayas (ALMG), la cantidad de maya hablantes son 4.471.000 mil, mientras que para Francisco Ortiz, director de Planificación Lingüística y Cultural de ALMG, en realidad son 8 millones, ya que las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, en las que se basa esa cifra, están erradas.

El poco interés del Estado en la conservación, promoción y difusión de sus 24 idiomas autóctonos queda demostrada con la inexistencia de un censo que pueda establecer cuántos maya hablantes hay en el país y cuáles de los idiomas pueden estar en peligro de extinción por falta de apoyo. 

Aunque varias instituciones privadas han hecho estudios sobre la situación de los idiomas en Guatemala —el más reciente es del 2003—, ninguno se ha basado en un censo nacional, elaborado con el objetivo de establecer la realidad de los idiomas mayas, xinca y garífuna.

Ni siquiera la Academia de Lenguas Mayas (ALMG) tiene un cálculo fiable sobre la cantidad de mayahablantes, a pesar de que en su página web afirma que existen cuatro millones 471 mil. 

Francisco Ortiz, director de Planificación Lingüística y Cultural de ALMG, asegura que en realidad son ocho millones, ya que las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, en las que se basa esa cifra, están erradas.

Datos erróneos

"Los censos que se han hecho no concuerdan con la realidad del país por una sencilla razón: que los hacen siguen queriendo demostrar que el país se está ladinizando, pero no es cierto", dice Ortiz. "Estoy seguro de que el 60 por ciento del país es indígena, y por lo menos un 50 por ciento habla un idioma local", afirma.

Según este académico, si el indígena no lleva traje cuando es entrevistado, en el censo figura como ladino, y si además sabe hablar español, se le quita de la lista de mayahablantes.

La viceministra de Educación Bilingüe e Intercultural, Virginia Tacam, concuerda con Ortiz y dice: "Los encuestadores llegan a los hogares sin estar bien identificados, sin saber cómo preguntarle a la gente sobre su pertenencia étnica, por lo que es muy difícil que consigan un dato fiable".

¿Cómo puede el Estado establecer prioridades y políticas públicas para la promoción del bilingüismo, si ni siquiera se tienen estadísticas?

Según la viceministra Tacam, "se ha intentado negociar con el Instituto Nacional de Estadística, para poder tener una buena evaluación, pero no se ha llegado a acuerdos". 

Para cualquier otra entidad estatal, hacer un censo nacional supone un costo demasiado elevado. "Tenga en cuenta que en el propio Estado sigue mucha gente con prejuicios, que no considera importante la promoción de los pueblos indígenas", remarcó Tacam.

El Atlas Lingüístico de Guatemala, elaborado en el 2003 por Michael Richards con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), reduce aún más el número de hablantes: tres millones 147 mil 648. Un millón menos que el censo nacional. 

Es este informe el que pone mayor énfasis en la extinción de seis de los idiomas autóctonos. Según ese documento, el xinca —originario de Jutiapa y Jalapa— a penas tenía 18 hablantes hace cinco años, mientras que la Academia de Lenguas Mayas establece que podría tener unos 30 mil. Las otras tres lenguas que estarían en peligro de desaparecer, según Richards, son el garífuna, con 203 hablantes; el itza’, con 123; el mopan, con 468; el tektiteko, con mil 200, y el uspanteko, con mil 230.

En el polo opuesto se encuentran los cuatro idiomas mayas más hablados: el k’iche’, el q’eqchi’, el kaqchikel y el mam, que engloban al 81 por ciento de la población indígena.

El siguiente grupo de lenguas (q’anjob’al, poqomchi’, achi’ e ixil) son practicadas por el 10.7 por ciento, y las 16 restantes son minoritarias.

Evitar la extinción

Naciones Unidas declaró el 2008 como año internacional de los idiomas, con el objetivo de promover el uso de las lenguas minoritarias y evitar su extinción. Según un informe de la Unesco, cada 15 días desaparece un idioma, y América Central es una de las regiones del mundo más afectadas por esta pérdida.

Ortiz cree que todos los idiomas pueden estar en peligro de extinción si no se empiezan a tomar ya las medidas adecuadas, pero aún así es optimista. "De aquí a 10 años habrá más mayahablantes, pues hay que tener en cuenta que los indígenas tienen más descendencia que los ladinos, y lo que es más alentador, habrá más alfabetas indígenas, que sepan leer, escribir y hablar su idioma", explicó.

De acuerdo con Ortiz, los idiomas indígenas no constituyen los minoritarios, sino todo lo contrario, pero a veces se les ha querido tildar así para no darle la importancia que tienen.

La ALMG es la encargada de facilitar libros y manuales en idiomas mayas, además de crear diccionarios y gramáticas. Asimismo, imparte cursos para todos los profesionales que quieran aprender un idioma maya. 

Menos positiva se mostró la viceministra Tacam, quien considera que si no se toman medidas inmediatas para extender la educación bilingüe, muchas personas perderán su lengua materna o la practicarán solo en el ámbito doméstico, ya que hay una tendencia a la castellanización.

De hecho, el primer modelo de educación bilingüe, denominado de sustracción, buscaba, en su esencia, que el alumno estudiara básicamente en castellano, y que su idioma materno fuera un vehículo que les facilitara la comunicación con los maestros solo los primeros años de escuela. De esta forma, aunque recibían educación en su propio idioma en la primaria, finalmente lo dejaban en un segundo plano cuando aprendían el castellano.

Hoy la mentalidad está cambiando y se está impulsando desde el Ministerio de Educación un sistema integrador, de tal manera que tanto el idioma indígena como el castellano tengan la misma importancia y que el alumno los domine con igual soltura. "Además la educación intercultural no se limita a enseñar el idioma, sino también promociona la cultura, las costumbres y los valores indígenas que se pierden con la occidentalización", comentó Tacam.

A pesar de que en un decreto del 2004 se ordenó la generalización de la educación bilingüe, su cobertura sigue siendo la de un proyecto piloto, sin que se observen esfuerzos concretos de formación docente para poder implementar un verdadero bilingüismo, y de asignación del presupuesto adecuado para lograr su generalización.

Voluntario

En países como España, donde además del castellano existen otras cinco lenguas oficiales, los funcionarios que trabajen en el área de influencia de uno de estos idiomas tienen que saber manejar indistintamente el español y el idioma local; es un requisito para conseguir el trabajo. Además de garantizar los derechos de los ciudadanos bilingües, se dan alicientes laborales a los profesionales que se preocupen por dominar ambas lenguas.

Asimismo, toda la papelería o formularios públicos deben estar por una cara de la hoja en español, y por la otra, en el idioma autóctono. Lo mismo sucede con señales de tránsito o letreros públicos. 

En cambio en Guatemala los maestros no tienen la obligación de conocer el idioma local, a pesar de que en el pénsum educativo se establece que la primera lengua que hay que enseñarle a los alumnos es la materna; la segunda, el español, y la tercera, un idioma extranjero, que generalmente es el inglés.

En estos momentos el ministerio tiene contratados 10 mil 400 maestros bilingües, es decir, solo el 12 por ciento del profesorado.

De las siete mil 832 escuelas que existen en territorio bilingüe, solo mil 869 educan en ambos idiomas, a pesar de que en departamentos como Sololá, Totonicapán o Alta Verapaz más del 90 por ciento de su población es mayahablante. Para motivar a los profesores a que enseñen tanto en español como en idioma local se les paga un bono de Q200.

Si la situación es dramática en el sistema educativo, se agudiza en el Organismo Judicial, que a penas tiene 64 traductores, aunque en forma adicional cuenta con 571 empleados, entre operadores de justicia y personal administrativo, que además del español hablan un idioma maya.

Igual sucede en los hospitales y centros de Salud, donde solo si alguno de los médicos o enfermeras es oriundo del lugar se comunica con los usuarios en su idioma, si no, "posponen el tratamiento por fallas en la comunicación". Se calcula que no más del 30 por ciento de los empleados de Salud domina un idioma indígena. 

El artículo 15 de la Ley de Idiomas Nacionales (2003) dice textualmente que el Estado está obligado a "facilitar el acceso a los servicios de salud, educación, justicia, seguridad, como sectores prioritarios, para los cuales la población deberá ser informada y atendida en el idioma propio de cada comunidad lingüística, sin menoscabo de la incorporación gradual de los demás servicios, a los términos de esta disposición".

Y seguidamente, para garantizar esto, el artículo 16 dice que "los postulantes a puestos públicos, dentro del régimen de servicio civil, además del idioma español, de preferencia deberán hablar, leer y escribir el idioma de la comunidad lingüística respectiva en donde realicen sus funciones. Para el efecto deberán adoptarse las medidas en los sistemas de administración de personal, de manera que los requisitos y calidades en las contrataciones incluyan lo atinente a las competencias lingüísticas de los postulantes". 

El margen de actuación del Estado y, como demuestra la realidad, su inacción están determinados por el término "de preferencia", en vez de "obligatoriamente". 

La contratación de traductores en las instituciones es una de las soluciones temporales que el Estado le ha dado a la falta de funcionarios bilingües, pero resulta más oneroso que fomentar la obligatoriedad del conocimiento del idioma por parte de los trabajadores. 

"En los programas de estudio existe la opción de aprender otro idioma, el problema es que no se establece como requisito obligatorio para poder licenciarse o conseguir el trabajo, pero creo que esto es algo que la Universidad de San Carlos de Guatemala ya está planteando.

Ningún médico debería graduarse si no conoce uno de los idiomas indígenas, y menos todavía ser asignado a un hospital en el que no va a poder comunicarse con los pacientes", refirió Ortiz.

De acuerdo con Lucía Verdugo, directora del Instituto de Lingüística y Educación de la Universidad Rafael Landívar, no deberían existir jerarquías entre las lenguas. 

En un artículo, la académica afirmaba que "los guatemaltecos hispanohablantes continúan refiriéndose con tono despectivo a las lenguas indígenas de Guatemala. Cuando dicen que los indígenas hablan lengua o hablan dialecto están ignorando que el español guatemalteco es un dialecto de la lengua española internacional", expresó.

Según Verdugo, no existen jerarquías entre las lenguas; tanto el español como los otros idiomas que se hablan en el país cuentan con los rasgos lingüísticos universales: un sistema gramatical, una gran riqueza léxica y la capacidad de ser vehículos de la comunicación, del pensamiento simbólico y creativo.

"En el mundo existen aproximadamente seis mil lenguas, y por lo menos la mitad se extinguirán en este siglo. Esta situación es alarmante cuando se consideran las implicaciones culturales y humanas de esa paulatina extinción, pues cada lengua lleva dentro de sí ese sentido particular de entender y ordenar el mundo; es el vehículo de cada cultura", expuso.

Según la académica, el derecho de las personas a practicar y reproducir su propia lengua y cultura debe ser inalienable, lo que no significa que preservar la diversidad lingüística implique que las lenguas y las culturas deban permanecer estáticas, que no pueden cambiar.

"Es obvio que la mayoría de las personas necesitan usar otras lenguas para desenvolverse en el mundo contemporáneo. Esta necesidad no riñe con la diversidad. Las lenguas han coexistido para distintos usos complementarios desde épocas inmemorables", argumentó.

El bilingüismo y el multilingüismo proveen la ventaja de fortalecer la identidad de todas las personas, pues escoger el uso de un idioma es un acto de identidad o pertenencia a una comunidad particular, afirmó. 

Consecuencias

El propio Ministerio de Educación asegura, en un informe publicado en abril del 2007, que una educación monolingüe resulta cara para el país, ya que el aprendizaje es de mejor calidad cuando se da en lengua materna. Al contrario, cuando se les enseña en una lengua ajena se les dificulta y se generan altos índices de repitencia y deserción. A su vez, esto contribuye al círculo de la pobreza. 

Solo tres de cada 10 estudiantes completan la primaria, es decir, se gradúan de sexto grado, por lo que podemos establecer que más del 70 por ciento desertan. Igualmente, el 40 por ciento de los alumnos indígenas fracasan en su primer grado, o sea que tienen que repetir nada más ingresar en la escuela. En cambio, cuando se analizan los resultados de las escuelas bilingües, la repitencia es menor.

Según las estadísticas nacionales, los mayahablantes tienen el nivel educativo más bajo del país: a penas llegan a cursar tercer grado. 

En lo local

Dalia Palacios trabaja para la Comisión contra la Discriminación y el Racismo, pero fue por mucho tiempo maestra garífuna en Izabal. De acuerdo con Palacios, es fundamental que el niño pueda estudiar en su propio idioma, ya que ello le garantiza mejores resultados académicos y la conservación de su cultura. 

"La situación del garífuna es muy complicada en este momento, ya que solo hay una maestra garífuna que da clases en Puerto Barrios, y ni siquiera en jornada completa. En Lívingston los profesores enseñan en q’eqchi’ porque muchos de los niños hablan este idioma, pero también hay niños garífunas en las comunidades", afirmó Palacios.

"Los niños pierden tres y cuatro años repitiendo el grado porque no entienden el español; hay adolescentes de 14 años que aún están en cuarto o quinto primaria", añadió.

Los materiales educativos en garífuna son impresos casi exclusivamente por asociaciones, ya que es muy poco lo que aporta el Estado para la promoción de este idioma.

"Aun en la actualidad hay niños a quienes se les prohíbe hablar su idioma en clase, por lo que deciden no seguir estudiando. Yo conozco a 10 maestras garífunas que querían impartir clases en Izabal, y el ministerio nunca abrió la convocatoria para ellas", enfatizó Palacios.

Esta educadora cree que el garífuna no va a desaparecer, pero no porque el Gobierno esté haciendo algún esfuerzo para su rescate —ya que en Izabal ha disminuido el número de hablantes—, sino porque en países vecinos como Belice y Honduras sí lo están protegiendo. "En Belice todas las materias escolares son en garífuna, ¿por qué aquí no se puede?", se preguntó Palacios. 

En el lado contrario está Eligio Vicente, formador de educadores q’eqchi’es. "En Izabal hay 70 educadores q’eqchi’es, lo que ha ayudado mucho a la mejora de la calidad educativa, pero lo que se está haciendo en este momento es capacitarlos correctamente, ya que no es solo saber el idioma, tienen que tener una correcta habilidad de escritura y manejar los mismos códigos que los alumnos", explicó.

Según Vicente, sería más fácil que este tipo de formación se diera desde la misma carrera de magisterio, para que todos los docentes sean bilingües y tengan el mismo nivel.

"Es increíble ver cómo los niños y niñas aprenden con tanta rapidez cuando se les enseña en su idioma; lo llevan en la sangre", agregó Vicente.

Es por ello que los países deben luchar por mantener su multiculturalidad y multilinguismo. Ya lo decía Kofi Annan, secretario general de Naciones Unidas: "La lección de nuestro siglo es que los idiomas no son excluyentes, es decir, los seres humanos podemos enriquecernos comunicándonos en más de un idioma".

LES DEJO EL MAPA ACTUALIZADO DE LENGUAS MATERNAS DE GUATEMALA:
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