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domingo, 11 de octubre de 2015

CACAO: EL FRUTO DE LOS DIOSES



EL FRUTO DE LOS DIOSES

La planta del cacao fue clasificada por Linneo en 1741, quien le asignó el nombre de Theobroma cacao, nombre afortunado si los hay, pues theobroma significa “comida de los dioses”, y más que a un conocimiento sobre el significado de cacao, entre los mesoamericanos responde a su muy particular afición a la bebida que para entonces había conquistado el mundo. 

Curiosamente, el mismo Linneo escribió en 1741 una monografía sobre el chocolate (en realidad sobre el cacao), en la que destacaba sus cualidades medicinales. Antes que él varios autores dieron noticias sobre este fruto, desde quienes primero supieron de su existencia, de su importancia y de su sabrosura –como Cristóbal Colón y Bernal Díaz del Castillo–, o los que registraron el conocimiento indígena sobre el asunto, como fray Bernardino de Sahagún, o quienes abordaron su descripción meticulosa y reflexionaron sobre sus propiedades alimenticias y medicinales, como Martín de la Cruz, Francisco Hernández y Juan de Cárdenas. De algunas de sus obras se ofrecen en las páginas siguientes fragmentos que ilustran la percepción que de la planta se tenía, las maneras en que se le utilizaba y las distintas clases de cacao que había, entre otros aspectos.