LAS MONTAÑAS DE LOS XINKAS
Santa María Xalapán está formada por 56 comunidades repartidas en 800 caballerías. Xalapan singnifica en Xinka "lugar de tierra arenosa" y en Nahuatl "Lugar de manantial sobre la arena". La localidad se encuentra entre cerros y montañas en el departamento de Jalapa, donde viven en medio de la pobreza y pobreza extrema la mayoría de sus cien mil habitantes que se autoidentican como Xinkas.
Del total de ese territorio, 232.27 caballerías de la finca Santa Gertrudis se encuentran en litigio con la municipalidad de Jalapa que se las apropio hace varios años atrás. “Se formó una mesa de diálogo, pero el Gobierno no ha puesto interés en solucionar este conflicto”.
“Los gobiernos y ONGs se aprovechan de nuestra pobreza para mentirnos”, dice Francisca López (69), del caserío Sarimal, aldea La Fuente, Jalapa, quien junto a sus cuatro hijos mayores de edad cuenta que apenas encuentran trabajo entre dos y tres días a la semana, y que les pagan Q25 al día. “Con eso solo tenemos para el maíz".
Wílder Jiménez, principal mayor de Santa Maria Xalapan “Aquí no puede intervenir ni el presidente de la República, porque somos autónomos, xinkas en resistencia, y desde hace 500 años tenemos nuestra forma ancestral de gobernarnos, nuestro territorio ganado con el sudor y sangre de nuestros ancentros a la corona española. Un acuerdo gubernativo reconoce nuestra autonomía”.
Grandes necesidades atacan
en las montañas de Santa María Xalapán las carencias abundan, desde las fuentes de trabajo, lo cual se refleja en la escasez de alimentos, hasta la falta de agua entubada.
A algunos hogares el líquido llega a través de un sistema de mangueras y otros recurren a pozos. En ambos casos, el agua no es potable, lo que repercute en enfermedades gastrointestinales.
“Cuando la población llega al Centro de Atención Primaria (CAP), no hay medicinas y el personal es muy escaso. Vamos al Hospital General de Jalapa, y la misma historia".
La sequía extendida aniquiló las cosechas y la roya del café arrasó con los empleos en las fincas. Los programas de asistencia social del Gobierno no llegan hasta ese lugar.