Páginas

sábado, 21 de diciembre de 2013

LA FUERZA DEL ABUELO SOL


LA FUERZA DEL ABUELO SOL

Para comprender mejor el significado e importancia de los Solsticios y el porqué de su relevancia en numerosas culturas y épocas de la humanidad estimo importante entenderlos primero desde el punto de vista astronómico, por ello  empezaremos este trazado conociendo a que nos referimos cuando hablamos de los solsticios de invierno y de verano, al igual que los equinoccios en la relación entre nuestro planeta y el sol.

Los solsticios son los dos puntos en los que la órbita de la Tierra tiene esta mayor inclinación con respecto a los rayos solares, marcando así el inicio de las estaciones de invierno y verano. Aquí se genera la apariencia de que el Sol, en una parte del año, está por debajo de la Tierra, mientras que en la otra parte del año parece estar por encima, y los solsticios son los dos momentos en que parece estar "más por encima" y "más por debajo"

Para quienes vivimos en el hemisferio sur, el 21 de junio es el solsticio de invierno (inicio del invierno), y el 21 de diciembre es el solsticio de verano (inicio del verano). Para quienes viven en el hemisferio norte sucede a la inversa

Durante los solsticios, los días y las noches son de duración máxima. El día más largo del año ocurre en el solsticio de verano, mientras que en el solsticio de invierno tiene lugar la noche más larga, siempre refiriéndonos a nuestro hemisferio, en el norte sucede a la inversa.

Ahora los equinoccios, cuando los dos polos de la Tierra se encuentran a igual distancia del sol, la luz solar tiene la misma incidencia en el hemisferio norte y en el hemisferio sur, es decir el día y la noche dura lo mismo, 12horas. Existen en el año dos momentos con esta característica, generalmente son  el 23 de marzo y el 21 de septiembre. Justamente, equinoccio viene del latín,  "equi" igual y "nocte" noche. Estas fechas generan las otras dos estaciones; primavera y el otoño.

La denominación de solsticio viene de que durante los días previos y posteriores el Sol parece levantarse y acostarse en los mismos puntos del horizonte y permanecer un tiempo mayor en dicha posición. "Solsticio" viene del latín "sol staticus", que significa "sol quieto".

Luego de conocer la importancia de estos momentos en la relación entre la tierra y el sol, y todo lo que esto significa para la vida sobre nuestro planeta entendemos mejor el “porque” de las manifestaciones relacionadas a través de los tiempos.

“Los solsticios han sido celebrados por todas las culturas ancestrales de la historia. Griegos, Romanos, Celtas, Mayas, Aztecas, Inkas y claro nuestros ancestros Sincas - Xinkas-  celebraban con verbenas, música y danzas que incentivaran a las fuerzas de la naturaleza, para influir en el destino próximo inmediato, tener buena suerte, un buen amor, o pedir salud y prosperidad a dichas fuerzas naturales. 

Para Los Xinkas simboliza la celebración de la fuerza del Sol y el fuego. En tiempos inmemorables se creaba la reunión popular alrededor de las hogueras unía a varias generaciones y pueblos. La hoguera solsticial era prendida por el propio Señor o Sapol de la comunidad.

Esta festividad para los Xinkas se caracterizaban por su sentido del deber con respecto al vínculo con el Sol y la “renovación de los fuegos” celebrando con ritos, cánticos, vestimentas y comidas, la magia del Solsticio para sembrar y obtener buenas cosechas.  Asi tambien celebramos durante el Solsticio Invernal el parto de la “Reina de los Cielos” "IXIWAI'H" y la llegada al mundo de su hijo, el joven "PA'RI" el Gran Abuelo Sol. En la mitología del culto al Sol siempre se destaca la presencia de un joven Sol que cada año muere y resucita encarnando la vida cíclica de la naturaleza.

“Para él hombre Xinka, el invierno es como la incomprensión, la deslealtad, el halago de los mediocres, el acomodo, la crueldad de los ambiciosos y el descaro del intolerante para defender su obsesión. Sabe que su convivencia con la naturaleza no es fácil, pero es bastante más difícil su relación con la destrucción, la opresión, la injusticia y la desigualdad humana.

La Verano, en cambio, trae la serenidad, porque la naturaleza renace con todo su esplendor, el sol retoza amablemente entre los valles y montañas, permitiendo a toda forma de vida vegetal reverdecer y florecer, llenando el mundo con pinceladas de múltiples colores y agradables aromas.

Hace florecer en su interior la fraternidad que nos permite entregar a nuestro hermano hombre, respeto, justicia, lealtad, tolerancia, desarrollo cultural, crítica y halago con sentimientos de perfección y para que el hombre puede disfrutar de todas estas cosas maravillosas, el último día de la primavera es el más largo del año.

El solsticio de verano en su turno, nos recuerda que es momento de cambios, hagamos, pues, que el solsticio que celebramos nos haga sentir la perfección, alimento de nuestro espíritu, a fin de que se convierta en semilla de la fraternidad, la misma que caída en terreno fértil genera un frondoso árbol, cuyas ramas se extiendan como amparo para nuestro hermano hombre, ávido de alimento corporal y espiritual, sediento de justicia y de libertad, inquieto para lograr el respeto a sus ideas, buscador incansable de un centro de unión en el que reine la tolerancia para los conceptos religiosos, políticos, de cultura o nacionalidad…..

Nos permitimos observar desde nuestra pequeña concepción cósmica como el supremo regulador de la vida, luego de hacernos padecer sus inclemencias, nos permite convivir con la brillante renovación de la vida”.

“Con el Solsticio de Invierno la Naturaleza se prepara para renacer, y con el de Verano germina la semilla que el hombre sembró en aquella tierra fértil que durante el Invierno se dedicó a trabajar. Con el Solsticio,  debe aparecer poco a poco aquella piedra libre de aristas que durante todo el año se dedicó a desbastar”.