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PUBLICACION REVISTA D

domingo, 8 de abril de 2012

CONOCIMIENTO COSMOGONICO: LA SEXUALIDAD PRECOLOMBINO


Sexualidad precolombina


Antes de la Colonia el sexo estaba ligado a la naturaleza y la fertilidad.

EN EL CÓDICE de Dresde se ve a la diosa Ixik como ata al “consorte” de una deidad vieja. La pareja se acaricia de amanera muy discreta en lo que podría ser una preparación para la cópula.

La sexualidad en los pueblos prehispánicos fue censurada por los españoles a su llegada al Continente, ya que la consideraban pecaminosa, pues no era monógama y formaba parte de los ritos de guerra y religión. Esta práctica llevó a clérigos como Fray Bartolomé de las Casas a escribir: “El sodomismo y la zoofilia eran demasiado libertinaje para ser admitidos por la Iglesia Católica”. Estas notas se conservan en el Archivo de Indias de Sevilla.

Según un reportaje de la BBC de Londres, durante cientos de años el estudio sobre las prácticas sexuales de las culturas mesoamericanas quedó engavetado. Fue en 1926 cuando el antropólogo Ramón Mena reunió una muestra de esculturas fálicas y otros objetos prehispánicos, que el tema volvió a la palestra, pero se decidió que la exposición no fuera abierta al público. Las piezas permanecieron durante varias décadas en un salón secreto del antiguo Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México. Muchas resultaron ser falsas, pero Mena logró que más investigadores se ocuparan de trabajar esta temática.

Los mayas practicaban la poligamia. Los reyes tenían varias esposas, aunque solo una ostentaba el título de reina. Confiaban en la protección de sus dioses y estos gobernaban su vida sexual. En honor de ellos se ofrecían sacrificios de animales o de humanos, y en sus rituales se introducían objetos “sagrados” en la lengua o se perforaban el pene, bajo efectos de alucinógenos. Todos los ritos tenían en común ceremonias preparatorias como la abstinencia sexual.

Lo que se ha encontrado

La mayoría de material con que se cuenta al respecto ha sido recopilado por arqueólogos, antropólogos y epígrafos, como resultado de la quema de los libros de los nativos en la época colonial, para erradicar sus creencias y costumbres, entre ellas las sexuales.

Los vestigios de las artes amatorias quedaron en códices, glifos y pequeñas esculturas caseras. En el Código de Dresde, por ejemplo, se observa a la diosa maya Ixik como consorte de una deidad, en preparación para la cópula.

El doctor en Antropología Stephen Houston, en el estudio La sexualidad entre los antiguos mayas, hace referencia a Los rituales de los bacabes, documentos de la época colonial que contienen poemas escritos por los españoles y que revelan el lenguaje que utilizaban antes del acto sexual.

Eran expresiones secas y directas que transmitían las consortes, quienes buscaban actuar según la medida de los dioses. “Eres el deseo de las hijas de las mujeres, el deseo de los hijos de los hombres”, se decían, según Houston.

Parejas

Para los mayas, el hombre era el proveedor, la fuerza, protector, padre e imagen pública. La mujer era nutridora, maternal, dependiente, afectiva y doméstica, pero no existía ningún tipo de discriminación entre heterosexuales y homosexuales.

El arqueólogo Héctor Martínez, coordinador del proyecto Cancuén, Petén, cree que la mujer “común y corriente” era comprometida desde su nacimiento con hombres de otras familias. “No hay mucha información de ello, pero también es lógico que haya existido el cortejo por amor”.

La única forma de reproducirse era a través del sexo. Según recoge Frank J. Lipp en su libro Rituales, religión y curas, la sexualidad era de carácter reproductivo. Abusar de ella producía la enfermedad y muerte por la lascivia, que por ser femenina era fría, mientras que abstenerse mantenía el cuerpo cálido y con vida. El lascivo desprendía fuerzas negativas que afectaban a las personas, cultivos, animales débiles y más fuentes de desarrollo, por lo que debía arrepentirse de su proceder.

Homosexualidad

Según Mario Humberto Ruz, en su libro La semilla del hombre, los antiguos mayas tenían claro que cada individuo nacía hombre, mujer, bisexual u homosexual. De hecho, la misma diosa Luna era considerada bisexual.

Uno de los sitios arqueológicos guatemaltecos que describen las relaciones entre el mismo sexo se encuentra en las cuevas de Naj Tunich, Petén. La pintura rupestre hace referencia a motivos sexuales que datan de finales del Clásico Tardío (550-800 d.C), dice una investigación de Houston y Karl Taube.

La masturbación masculina es una de las escenas más reproducidas en esculturas y pinturas en cuevas, pues de acuerdo con la antigua cosmovisión, las cavidades eran los espacios donde el semen-semilla fructificaba la tierra, a manera de acto propiciatorio, escribió el investigador guatemalteco Carlos Navarrete.

Lo que no era admitido entre los mayas era la infidelidad. Cuando una mujer cometía adulterio, el marido tenía derecho de arrancarle la nariz a mordiscos, lo mismo que a su amante, cita un texto de Houston.

Sacrificio humano

Se practicaba como medio de comunicación con los dioses y para honrarlos en días especiales. Estaba reservado para la realeza, pero luego se extendió a los prisioneros, esclavos y niños. Estos son algunos de los métodos empleados: 

El sangrado: se obtenía cortando o agujereando una parte del cuerpo, como los lóbulos, la lengua o los genitales, con obsidiana o espinas punzantes. La sangre se derramaba sobre un recipiente lleno de hojas de papel corteza que luego se quemaba y el humo elevaba la energía humana a través del aire hasta el cielo. 

Vírgenes: consistía en arrojar a mujeres vírgenes en el sagrado cenote, para pedir favores. Si la víctima sobrevivía, se decía que había sido perdonada por los dioses.


Natural y sin censura
La sexualidad estaba relacionada con ritos y religión.


La vida sexual de los mayas precolombinos era natural y plena. La homosexualidad o bisexualidad no eran castigadas, pues el erotismo era considerado una necesidad relacionada con ritos e incluso regida por los dioses. Sin embargo, “toda esta cultura cambió con el arribo de los conquistadores”, afirma la socióloga Saríah Acevedo.

¿Cómo era la sexualidad de los mayas prehispánicos?

El cuerpo era concebido como un elemento integral. Las sensaciones físicas no estaban separadas de las emociones. La sexualidad era considerada como una parte para lograr la integralidad y plenitud del ser. De hecho, era una necesidad ligada a la trascendencia espiritual, y por lo tanto, regida por los dioses.

Se dice que los conquistadores cambiaron esa cultura.

Hubo muchas diferencias entre el concepto de sexualidad. Para los indígenas los principios básicos eran flexibilidad, aceptación y naturalidad, lo cual contrastaba con la mentalidad colonial, que veía el sexo como pecaminoso.

Según los españoles, el cuerpo de la mujer debía ocultarse, negarse al placer, porque en esa época los cánones religiosos planteaban que la sexualidad debía ser solo para la fecundidad. Para los mayas, y casi todos los pueblos mesoamericanos, la sexualidad era algo deseable. El placer no era mal visto, porque incluso era parte de la trascendencia espiritual.

¿Hubo anticoncepción?

Se tiene conocimiento del uso de métodos anticonceptivos, tanto en las mujeres como en los varones. Los mayas, como buenos astrónomos, empleaban estos conocimientos para saber con exactitud cuándo era el momento de mayor fecundidad, de fertilidad. Algunos otros colegas creen que, incluso, usaban algunas plantas.

¿Hubo precocidad?

Este concepto varía en todas las sociedades a través de la historia. En la maya se consideraba que siempre, y solo si las personas se desarrollaban biológicamente, ya estaban listas para la sexualidad y la procreación. Por lo general, la primera menstruación era motivo de ceremonia, porque marcaba el fin de una etapa y el inicio de una vida sexual.

¿Y en el caso de los hombres?

En los varones implicaba el proceso de desarrollo físico que tienen hasta alcanzar la madurez sexual. Obviamente, no tenían un indicador tan preciso como en el caso de las mujeres.

¿Cómo era vista la homosexualidad y la bisexualidad?

Eran reconocidas como algo normal. No se daba un castigo por esta o aquella conducta, como ocurrió posteriormente. Las preferencias sexuales por el mismo sexo eran naturales. En el caso de los pueblos mesoamericanos, el elemento que utilizaban para darle explicación a esto era el maíz, que es a la vez macho y hembra, porque en una misma planta fecunda.