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PUBLICACION REVISTA D

martes, 1 de marzo de 2016

EL MALACATE, NUESTROS HIJOS Y TEJIDOS


EL MACALATE 
Nuestros Hilos, nuestros tejidos

Las vestimentas prehispánicas han sido ampliamente estudiadas por diferentes investigadores, siendo una de sus mayores exponentes Patricia Anawalt (1976). Se conoce que el conjunto de artefactos para tejer estaba constituido por telar de cintura, urdidor, trama y agujas, pero ¿qué pasa con los artefactos que se utilizaban para hilar las fibras naturales, con las cuales se confeccionaban las vestimentas?, los conocidos malacates. Estos artefactos son poco estudiados en el ámbito arqueológico debido a que son un material poco frecuente en excavación.

¿Qué es un malacate? Durante años se ha tenido la idea que el malacate es el contrapeso de barro encontrado en excavaciones pero esta idea es incorrecta, ya que un malacate es el conjunto del contrapeso de barro, piedra, caracol o cera (en la actualidad) adherido a la varilla de madera. En contextos arqueológicos es difícil encontrar la varilla por ser confeccionada en madera, un material perecedero.

El término malacate proviene del Nahuatl “malacatl” que se deriva de “malina”, retorcer, y “acatl”, caña. El malacate se coloca en posición vertical, con el contrapeso en la parte inferior, se hace girar la varilla desde la parte superior con los dedos medio y pulgar, se coloca en la otra mano la fibra a hilar.


Otro artefacto utilizado durante este proceso es la “base de trabajo”. Ésta puede ser una jícara, un tiesto reutilizado o un cuenco que haga más fácil el giro del malacate. Se le llama en Nahuatl “tzaoalcaxitl” que se deriva de “tzahua”, hilar, y “caxitl”, cuenco de cerámica. Los cuencos reportados en excavaciones del área de Morelos son pequeños, de entre 3 y 5 cm.

Otro implemento utilizado para la manufactura del hilo, mencionado por Fray Bernardino de Sahagún (1979), es la greda o tizatl que usan las mujeres para hilar: ésta se coloca en el fondo del recipiente para hacer más fácil el giro del huso. Durante las investigaciones etnográficas realizadas como  parte del presente trabajo se ha observado que la greda también es colocada en ambas manos por las hilanderas, para evitar la fricción tanto sobre la varilla como en la fibra. 

Sobre los orígenes de los malacates, Hall (1986) menciona los tiestos perforados en su estudio de los artefactos de Matacapan, México, como correspondientes al Preclásico Medio. Éstos pueden ser los primeros ejemplares utilizados en la antigüedad, evolucionando a lo que conocemos ahora como malacates. En Guatemala los malacates de barro más tempranos se ubican en el sitio Balberta, fechados para el Preclásico Terminal.

FIBRAS NATURALES UTILIZADAS PARA HILAR

Las fibras más utilizadas en tiempos prehispánicos eran el algodón y el maguey (en base a las menciones de cronistas). La primera fibra es fácil de confeccionar, agradable para vestir, fácil de lavar, altamente absorbente y con una larga vida útil. En contraste, el maguey es superior a ésta únicamente en su durabilidad. Las características de las fibras naturales para poder ser utilizadas en los tejidos son: flexibilidad, resistencia y longitud suficiente para permitir el hilado .


ALGODÓN

Esta planta se desarrolla muy bien en climas calidos y húmedos, de preferencia en suelo arenoso), a una altura de 0 a 500 msnm y a una temperatura alrededor de 30º C. El algodón crece en el Altiplano de manera silvestre, y únicamente puede ser cultivado en regiones costeras calientes, por lo que se puede hablar de una mayor producción de esta fibra en la región de la Costa Sur y por lo tanto de la especialización del cultivo que se llevó en el área, sin olvidar que han sido reportadas plantaciones de algodón en Yucatán, Petén y en el oriente del pais durante los siglos XVII-XIX. Mejía de Rodas (1997:1) comenta que existen dos variedades de algodón, que son los más utilizados: el de color blanco y el de color café. Los colores del algodón son llamados cuyuscate (café obscuro), ixcaco (café claro) y moka (café amarillento). Sin embargo, actualmente se cultivan cuatro colores diferentes de algodón: el tradicional blanco –llamado crudo–, el café –ixcaco–, el verde –jade– y
el rojizo, en la finca El Naranjo, Escuintla.

El proceso del hilado del algodón consta de varias fases:
- Despepitar el algodón
- Golpear el algodón para afinarlo “Librado de bolas”: se trata el algodón con ceniza en las manos para dar mayor uniformidad
- Se pone al sol
- Se hace girar el malacate con una mano y con la otra mano se sostiene el algodón, que está llegando al huso en movimiento, para ser hilado.