El principio de la sabiduría
"Lo primero que debemos aprender es a guardar silencio, y lo segundo, a escuchar"
Estoy absolutamente convencido de que, como dicen los japoneses, “el primer paso hacia la sabiduría es el silencio”; y el segundo, “aprender a escuchar”. No sé si usted ha notado que nosotros no sabemos escuchar. Establecemos conversaciones en las que no le estamos poniendo atención a quien nos está hablando, sino que estamos más pendientes de lo que queremos decir y eso impide la comunicación.
El otro día, en el aeropuerto me encontré a un amigo y me preguntó a dónde iba; le dije que a Boston, porque había muerto mi segunda mamá: mi tía Tita. Él, sin ninguna pena, me contestó: “A la, qué alegre, a Boston. ¿Vas a ir a ver a los Celtics?” Este es un pequeño ejemplo de que no estamos atentos a lo que está pasando a nuestro alrededor, ni a lo que nos está diciendo con quien conversamos.
En la vida diaria, el no escuchar se reduce a divertidas anécdotas. Sin embargo, en el trabajo es raíz y motivo de muchos problemas, porque el peor problema de la comunicación es creer que se está dando.
Los “creí que” y “pensé que” son fuente común de errores. “Yo creí que eso era responsabilidad tuya”. “Yo pensé que eso les tocaba hacerlo a los de contabilidad”. Son justificaciones comunes para un trabajo no realizado o mal hecho.
Como decía un famoso sociólogo: “El lenguaje fue inventado para mentir”. De ahí la importancia de ser impecables con la palabra y congruentes con lo que pensamos, o sea lo que decimos y hacemos. De hecho, el lenguaje define la cultura de un pueblo. Y no hablo de que si alguien es más culto o menos culto que otro, simplemente hablo de la cultura como un conjunto de elementos sociales que definen las características de un grupo, una comunidad o un país.
En el libro Liderazgo Tribal aprendí que el lenguaje es el principio para definir la cultura de una tribu, que finalmente eso es lo que son nuestras empresas u organizaciones. Tribus que nacen de buscar un objetivo común, compartiendo valores, necesidades y hábitos que se convierten en costumbres.
Por ejemplo: ¿Qué significa “ahorita” en Guatemala? Desde el Drae, “Ahora mismo. Ya. En este preciso momento”. Para el guatemalteco: “En este momento no me molestes, ahí te lo voy a entregar cuando yo pueda”.
Este y otros conceptos de cómo se genera una tribu, un líder, un propósito, son temas que continuamente discutimos con mi amigo.... Ambos estamos convencidos de que necesitamos cambiar la cultura del chapuz en Guatemala, ya que nos condena a la mediocridad y a decir continuamente “así que se vaya”.
Y todo empieza por reconocer el valor de las palabras y su significado real. Con ella podemos construir sueños o destruir voluntades, generar autoestima o provocar frustración. Es tan importante, tanto para quien la expresa como para quien la escucha, que por eso uno tiene que prestar tanta atención a lo que va a decir como a lo que le están diciendo. Es una muestra de respeto aprender a escuchar y es la mejor manera de crecer como seres humanos.
Hagamos un simple ejercicio: Cuando nos estemos lavando los dientes frente al espejo, contemos cuantas orejas y bocas tenemos. ¿Verdad que son dos orejas y una boca? Eso quiere decir que uno tiene que escuchar el doble y hablar la mitad...
"...Cuando todos los días resultan iguales es porque el hombre ha dejado de percibir las cosas buenas que surgen en su vida cada vez que el sol cruza el cielo..."