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DIA DE LA LENGUA MATERNA
21 DE FEBRERO
El Día Internacional de la Lengua Materna que se inscribe en el marco de sus esfuerzos para proteger el patrimonio inmaterial de la humanidad y preservar la diversidad cultural. Al menos tres mil de las seis mil lenguas que se hablan en el mundo están en peligro de desaparición en mayor o menor grado.
En 1999, la Conferencia General, órgano supremo de la Unesco, reconoció el papel desempeñado por la lengua materna en el desarrollo de la creatividad, la capacidad de comunicación y la elaboración de conceptos, pero también en el hecho de que las lenguas maternas constituyen el primer vector de la identidad cultural. Celebrando el Día Internacional de la Lengua Materna o Idioma Indígena se intenta promover a la vez, el desarrollo individual y la diversidad cultural de la humanidad. Durante la misma reunión, la Conferencia General adoptó igualmente una resolución recomendado medidas a favor del multilingüismo.
Cada idioma refleja una visión única del mundo y una cultura compleja que refleja la forma en la que una comunidad ha resuelto sus problemas en su relación con el mundo, y en la que ha formulado su pensamiento, su sistema filosófico y el entendimiento del mundo que le rodea. Por eso, con la muerte y desaparición de una lengua, se pierde para siempre una parte insustituible de nuestro conocimiento del pensamiento y de la visión del mundo.
Al respecto del inestimable valor cultural e intelectual de las lenguas, cada una de ellas es un universo conceptual, un complejo y fascinante ensamblaje de sonidos y emociones, de asociaciones y símbolos, de representaciones del movimiento y del tiempo. El mapa lingüístico del mundo actual refleja la valiosa diversidad de nuestro patrimonio humano tangible, donde se encuentran las escrituras y los libros; e inmaterial y vulnerable, cuando se manifiesta a través de otras formas de expresión".
Guatemala, con más de 24 lenguas maternas, es uno de los países más amenazados con perder patrimonio lingüístico.
El idioma es un pilar básico para la cultura, pues a través de él se transmiten gran parte de los conocimientos, tradiciones y valores indígenas. Sin embargo, el peligro de extinción que amenaza a muchas lenguas indígenas es cada vez mayor, porque el idioma y las costumbres de estas poblaciones van perdiendo importancia año tras año. En consecuencia, una parte importante de la población indígena ya no habla su idioma, no usa su traje ni se rige por prácticas ancestrales, aunque sí se identifica claramente con su pueblo.
Guatemala, con 24 lenguas maternas, es uno de los países con mayor riqueza lingüística y a la vez más amenazados con perder ese patrimonio. Con una población total de unos 12,5 millones de habitantes, más del 60% son indígenas, incluyendo mayas (más de 7,5 millones de habitantes), garífunas (8.555 habitantes) y xinkas (245,467 habitantes), según datos de la Mesa Nacional Maya. Estas poblaciones hablan lenguas maternas como el kiché (1.896.007 hablantes), el mam (1.126.959 parlantes) kaqchiquel (1.032.128 hablantes) y el Xinka (9,540 hablantes). Pese a la institucionalización en 1984 de la educación bilingüe, respaldada por la Constitución de 1985, las lenguas maternas no siempre tienen prioridad en los sistemas educativos de Guatemala. Así, de las 7.832 escuelas que hay en los departamentos con población mayahablante, 5.963 (el 76%) son monolingües –imparten clases en castellano– y sólo 1.869 centros (el 24%) ofrecen un educación bilingüe (en castellano y la lengua indígena materna).
En el aspecto docente, estas deficiencias se recrudecen especialmente: según los datos en la mayoría de escuelas sólo hay un profesor certificado como maestro bilingüe. Este hecho provoca que la educación no llegue a muchos niños indígenas –incapaces de entender aún el castellano-, lo que se traduce en unos niveles de escolaridad mucho más bajos respecto a la población no indígena. Basta recordar que el promedio de escolaridad de las comunidades indígenas es de 4 años, frente a los 7 años de las poblaciones no indígenas. Al mismo tiempo, también hay que luchar contra la elevada deserción escolar, que en los cursos superiores alcanza el 84%. Todo ello tiene como resultado un elevado índice de analfabetismo, especialmente acusado en las mujeres índígenas (el 80% de éstas son analfabetas, frente al 22% de las mujeres no indígenas). Además, la mitad de ellas son monolingües en un idioma autóctono, lo que limita su acceso a los derechos básicos y su capacidad para defenderlos. Esto explica que muchos padres indígenas piensen, dadas las limitaciones que ellos han tenido por no hablar castellano, que el aprendizaje de este idioma ofrecerá muchas más posibilidades a sus hijos.
El "Atlas de las Lenguas en Peligro en el Mundo" asegura que "Con el vertiginoso despliegue de los medios de comunicación, nuestra época parece haber dado motivo, ahora más que nunca, a situaciones de conflicto entre las lenguas y, por ende, ha llevado a hacer desaparecer a ritmo acelerado cada vez más lenguas". Su segunda edición actualizada - prevista para este año - apunta que: "Al menos 3000 lenguas habladas actualmente están hoy en peligro, seriamente amenazadas o muriendo, y muchas otras presentan signos de peligro potencial y riesgo de encontrarse, en breve, amenazadas de desaparición".
El Atlas ilustra bien los procesos que conducen a la desaparición de las lenguas y proporciona información sobre las que están amenazadas, mostrando que este fenómeno se produce en todas partes del mundo. Proporciona igualmente, ejemplos de iniciativas llevadas a cabo con éxito para salvar ciertas lenguas.
De América, los autores del informe recuerdan el "efecto catastrófico" de la invasión azteca y la conquista española sobre las lenguas del actual México, donde se han contabilizado unos 110 idiomas extinguidos, dos de ellos -el chiapaneco y el cuilateco- en la segunda mitad del siglo XX.
Respecto a la situación actual, indican que al menos 14 lenguas menores están en serio peligro o ya moribundas en el país y cuatro o cinco más con un número 'sustancial' de hablantes también corren riesgo de desaparición.
Se considera que la lengua de una comunidad está en peligro cuando un 30 por ciento de sus niños no la aprende, y cita, entre las razones para que esto ocurra, el desplazamiento forzado de la comunidad, el contacto con una cultura más agresiva o acciones destructivas de los miembros de una cultura dominante. También estima que el riesgo de pervivencia de un idioma no depende sólo de cuántos hablantes tiene, sino también de los de otras lenguas del entorno "culturalmente agresivas". Establece grados de riesgo: desde las potencialmente amenazadas porque el número de niños que las aprenden disminuye, a las moribundas o extintas, pasando por los idiomas en peligro, en los que los hablantes más jóvenes son adultos, o los seriamente en peligro, que sólo cuentan con hablantes de mediana edad o ancianos.