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PUBLICACION REVISTA D

sábado, 20 de septiembre de 2014

RITUALES MORTUORIOS XINKAS

RITUALES MORTUORIOS 
XINKAS


 Un ritual funerario es un acto para asegurar la llegada o hacer más ligero el viaje del difunto al lugar de los muertos que le corresponde de acuerdo con su cultura. En el caso de los Xinkas que habitaron el territorio del nororiente del Guatemala, México, El Salvador y Honduras, y en general de los pueblo  del posclásico en esta área, el ritual duraba cuatro días, al cabo de los cuales los cuerpos eran cremados y por esta razón es que es tan complicado encontrar restos fisicos de sus cuerpos en entierros y cementerios antiguos.


Los rituales funerarios 

enterrados dependiendo de la causa de su muerte. Terminadas las exequias se realizaban fiestas subsecuentes hasta el cuarto año, cuando consideraban que la Xuniki o Teloya (alma) había llegado al lugar de los muertos.


El lugar a donde viajaba la Teloya también dependía de la forma de morir o la actividad desempeñada en vida por el difunto y podía ser el Tiwina, el Maku'pa'ri y la Casa del Sol; mientras que los lactantes se iban al Hütu'one, un árbol nodriza. 

La muerte ha sido estudiada desde el campo de la antropología por los etnólogos, antropólogos sociales y físicos, así como por los arqueólogos, quienes exploran la respuesta humana ante este hecho natural; la arqueología funeraria en sus principios se relacionó con los suntuosos descubrimientos representados por grandes tumbas, consideradas en ese tiempo como tesoros; sin embargo, ya ha adquirido un carácter científico y con el apoyo de otras disciplinas ha logrado que los entierros dejen de considerarse simples receptáculos de objetos y huesos, para ser una de las fuentes de información que más datos aportan acerca de los antiguos pueblos y sus costumbres.

 En aquellos tiempos solo se enterraron a los grandes señores Xinkas pruebas en los sitios donde se excabado. Si bien no se ha podido identificar la identidad de cada uno de ellos debido a que no presentan inscripciones en sus tumbas que narren su historia, como sucede en el área maya, se sabe que debieron ser gobernantes, consejeros y sacerdotes o incluso miembros importantes de la milicia.

El ritual funerario Xinka comenzaba con el arreglo del cuerpo, el cual debía quedar flexionado y cubierto pieles; se envolvía con mantas y se le colocaba una piedra en la boca que simbolizaba el corazón, verde en el caso de los nobles. El bulto era colocado mirando al septentrión.

Le dirigían palabras lo mismo que a sus deudos, refiriéndose a su viaje, y se le ofrecían más pieles y cortezas de árbol de zapote que le serían útiles en los nueve parajes por los que tenía que pasar antes de llegar a su destino. El árbol de Zapote ha sido considerado por la cosmovisión Xinka como sagrado, según sus tradiciones orales es el árbol e la creación, de la vida y la descendencia para este Pueblo. También le cortaban cabellos para colocarlos como ofrenda junto con un mechón que le habían quitado al momento de nacer. Esto según sus creencias ancestrales que el cabello era el cordón umbilical espiritual que lo unía a la Madre Luna y transmitirle su energía y bendiciones. 

El difunto era adornado con las insignias del Tiwix. Llegaban a visitarlo otros señores de su misma clase social con ofrendas y sacrificios.

Al cuarto día se cremaba el cuerpo en el patio del templo, junto con su animal energetico y las ofrendas necesarias para su viaje al Tiwina y Rawina, para ello era colocado en una pira hecha de varas de pino y se exponía al calor durante más de 10 horas. En la cremación podían acompañar al difunto objetos personales de ornato, su vestimenta, herramientas de trabajo de sus sirvientes y ofrendas para el Terok'ila, señor del Inframundo. Una vez cremado el cuerpo y las ofrendas, se recolectaban las cenizas y se depositaban en una o varias urnas, junto con la piedra verde, y se procedía a su sepultura en los camposantos y cementerios legendarios, que consisten en construcciones de laja cuadradas y altas en las cuales se depositaban las urnas, ofrendas, también debía realizarse la misma cermonia pero en una naciente de agua considerada sagrada para la comunidad en la cual se arrojaba la urna con la imagen del animal sagrado del difunto y sus cenizas. Las personas que no correspondían a la élite podía enterrarse en los cementerios comunitarios.

En lo que se refiere al resto de la población, si el deceso ocurría por edad avanzada o alguna enfermedad común, se pensaba que el difunto iría al Tiwina y su cuerpo sería cremado si los deudos podían costear ese tipo de funeral. Especificó que fuentes históricas como Teculman, Papalhuapa y entre otras grandes ciudades Xinkas, describen que todos los Xinkas eran cremados, ``sin embargo hay relatos menos conocidos que apuntan que esto se hacía a los grandes señores; soy de la idea que así pasaba porque la cremación es un tratamiento muy caro y en las evidencias arqueológicas sólo hemos encontrado restos cremados en el área del Cemeterios y Templos sacros, donde enterraban a la élite y familias gobernantes.

La cremación, ha sido empleada en diferentes partes del mundo, en diversas temporalidades y comúnmente asociada a la transformación, transporte y purificación, del cuerpo por el fuego y por el ascenso del humo al cielo.

Cuando las causas de muerte se asociaban al agua, el individuo encontraría su destino cósmico en la Luna, al lado del la Madre del Cielo, y su cuerpo era cremado y su urna principal debia ser depositada en una cueva ubicada en alguna fuente de agua sagrada o rio. Si la muerte había sido gloriosa, estos eran los casos de los guerreros que morían en batalla , su destino sería acompañar al sol en su trayecto; los guerreros de la puesta al atardecer , y las mujeres al dar a luz se les relacionaba a la Luna y al Cielo estrellado las mujeres eran depositada al anochecer hasta que se ocultaba el astro. Los guerreros eran cremados y si no era posible recuperar su cuerpo, estos se representaban con un bulto hecho de ramas. Las mujeres muertas por parto eran enterradas sus urnas y sus restos cuidados la primera noche ya que se creía que guardaban cierto poder y energia sagrada.

Al finalizar las exequias, los Xinkas acostumbraban realizar fiestas y ritos subsecuentes a los tres, trece, veinte, cuarenta, sesenta y ochenta días del entierro; y luego cada año hasta completar cuatro cuando se consideraba que la Xuniki llegaba al mundo de los sagrados. Existe otras fuentes que menciona que se recordaba a los difuntos en otras fiestas, en tanto que las ofrendas de alimentos eran para recordar a los guerreros. 

El destino de los guerreros Xinkas 

A los guerreros muertos en combate se les deparaba ir al Sol. Los cuerpos o sus efigies hechas de madera y barro eran quemados, pero simbólicamente sus partes blandas y la sangre tenían que ser devorados por  el Padre Sol. A este último se destinaba el corazón del sacrificio para que se alimentara y no detuviera su andar, pues de lo contrario todo movimiento cesaría, lo que acarrearía la muerte de todo lo existente. Un antiguo canto a Xinka nos habla de la manera en que el Sol y la Tierra devoraban los cadáveres:

“La Madre de la tierra abre la boca, con hambre de tragar la sangre de muchos que morirán en esta tragedia. Parece que se quieren regocijar el sol y la abuela luna de la tierra llamado; quieren dar de comer y de beber a Al Tiwix Dios del cielo y del inframundo, haciéndoles convite con sangre y carne de los hombres que han de morir en esta guerra. Ya están a la mira del Dios del cielo y del inframundo para ver quiénes son los que han de vencer, y quiénes son los que han de ser vencidos, quiénes son los que han de matar y quiénes son los que han de ser muertos, cuya sangre ha de ser bebida y cuya carne ha de ser comida, los niños se regocijaran por siempre, su energia sera servida y bebida para bendición del Dios del Cielo y el Inframundo, entregar ofrenda, entregar luz y dejar descansar al partiente”

La manera de morir era factor fundamental para el destino de la esencia del difunto. La casa o cielo del Sol estaba destinada a los guerreros muertos en combate o capturados para el sacrificio y a las mujeres muertas durante el primer parto, que se consideraba un combate y, por tanto, a las fallecidas de esa manera se les tenía como mujeres valientes, como guerreras y grandes Señoras.