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PUBLICACION REVISTA D

lunes, 23 de septiembre de 2013

EL CABELLO - UN SIMBOLO COSMOGONICO XINKA



XA MÜÜTI - EL CABELLO 
UN SIMBOLO DE PODER EN LA CULTURA XINKA


El cabello es la manifestación física de nuestros pensamientos y una extensión de nosotros mismos; lo mismo sucede con los pensamientos de la madre Tierra, podemos ver el constante crecimiento de su cabello de hierba; mismos que desde tiempos ancestrales fueron usados por nuestros ancestros con fines medicinales y rituales. Ellos han usado el cabello de la tierra en sus ceremonias con fines de curación física y espiritual o en ceremonias que para nuestro pueblo son sagrados.

Nuestro cabello  es la extensión física de nuestros pensamientos, de nuestra vida, es la unión con la tierra, con el cielo, según la tradición oral xinka:
"El cabello es el canal que une el cielo con la tierra, es la herencia de la gran Abuela luna a los seres humanos, en el caso de la mujer el cabello es su feminidad, energia, vitalidad y fortaleza"(...) nos brinda la dirección a lo largo de nuestra vida; cada uno de nuestros cabellos nos representa a nosotros mismos, son puntos de conexión fuertes tanto de nuestro cuerpo como de nuestro esencia cósmica  
Existen cuentos o leyendas en donde el cabello juega un papel crucial en el destino de nuestros ancestros... "los wunak emplean el cabello de una persona para curar enfermedades o también para producir el mal, aunque no es el cabello en sí lo que usan para ese propósito sino las emociones que lleva dentro.

En la antigüedad nuestros ancestros, los hombres y mujeres de sabiduría llevaban el cabello largo; en cambio en los lugares donde se ha presentado la tiranía en cualquiera de sus formas el cabello corto ha sido obligatorio y este, junto a otros factores ha culminado con la derrota espiritual y física de los pueblos, el caso de la llegada de la invasion europea los clerigos y soldados cortaban en son de burla sus cabelleras largas  a los gobernantes, grandes Señores y Guerreros para delimitar su autoestima y su imagen de poderio.

El cabello tiene su propio lenguaje y carácter, y la forma en que sea peinado es sumamente importante para quién lo porte:

La raya en medio representa la alineación del pensamiento, la trenza la unidad del pensamiento con el corazón es tambien la complementariedad y sirve para que no se escapen las ideas y la energía de nuestro cuero,  el cabello suelo significa seguridad y el cabello recogido convicción; aunque actualmente las personas se peinan sin conocer el significado de sus acciones el estilo en que se use el cabello es importante pues haciendo a un lado la vanidad o practicidad, la forma en que uno lleve el cabello repercutirá directamente sobre nuestro estado de ánimo.

Para nuestros ancestros la forma de llevar el cabello representaba muchas otras cosas: El peinado en forma de trenza se hacía de forma que sirviera como mapa, tenía unas pautas que ayudaba a marcar caminos. Por ejemplo en la época de invasión y esclavitud de lo europeos, cuando escaparon los esclavos hacia los cerros sagrados, las mujeres usaban los peinados para realizar mapas y recordar los caminos sin que el esclavizador se enterara o los pudiera entender. Como las mujeres y las niñas no estaban tan controladas, podían seguir el camino en ocasiones a escondidas de sus “captores”.  También se utilizaban las trenzas para guardar los granos de maíz de las explotaciones, así nadie las vería y ellas podrían sacarlo de las plantaciones y poder cultivarlo para ellas.

Por estos motivos el peinado en trenza es algo más que comodidad o estética, sino que tiene una fuerte simbología en cuanto a la identidad Xinka.

Adentrándonos al pensamiento de nuestro pueblo encontraremos que la forma de llevar peinado el cabello era de suma importancia pues de esta manera se describía y anunciaba su participación en diversos eventos: matrimonio o guerra, alegría o duelo. A través del cabello y los tocados que se llevaba sobre él se podía saber  la madurez de las personas, su estatus en la sociedad o los tiempos de paz y guerra.

Los peinados eran como las estaciones; cambiaban en ocasiones públicas, privadas y ceremoniales. El  cabello representaba los pensamientos  y el estado espiritual del individuo; mostrando los vínculos y la unidad espiritual de su familia y definiendo la armonía cultural y el alineamiento espiritual de su comunidad .

El cabello representaba los estados de la naturaleza, fluían en línea recta como las cascadas o eran ondulados como el agua del río. A los niños se les enseñaba a lavar y enjuagar el cabello. El cuidado de sus cabellos era tan importante como el mantenimiento de su salud física y espiritual; también se les enseñaba a crear los peinados rituales usando madera, huesos, plumas o piedras como tocados.

Las mujeres usaban como peine uno de los huesos de la cola del puerco espín colocándolo  sobre un mango de madera y sujetándolo con pequeñas tiras de piel trenzadas. Ellas creían que al peinarse el cabello todos los días le daban fluidez a sus emociones y pensamientos.

El cabello que se caía o quedaba acumulado en los peines era recogido y mantenido en una bolsa; al llegar la luna llena las mujeres se reunían en una ceremonia y ofrecían el registro de sus sentimientos e ideas acumuladas en el cabello caído a los espíritus del agua, fuego, tierra y aire para que fueran bendecidos; posteriormente las ofrendas de cabello eran colocadas en el fuego sagrado y los pensamientos y emociones de cada una de ellas se elevaban junto a sus oraciones a través del humo y el viento hasta llegar a la luna.

Para los ancestros Xinkas el  cortar el cabello no solo representaba el corte de la corriente de su pensamiento sino en algunos casos una deshonra. Una guerrero con el cabello cortado en la batalla no tendría lugar en el seno de sus ancestros pues no tenía alma, ni recuerdos ni corazón. Automáticamente se convertiría en un espíritu gris atrapado entre los mundos.  En las enseñanzas ancestrales el cortar el cabello representaba un proceso de duelo  o la proximidad con la muerte. El cabello era un elemento místico. No permitían que nadie tocara su cabello sin su permiso.

Entre algunos grupos y comunidades prehispanicos se llevaban rapado el medio de la cabeza, también se realizaba trenzas las cuales servían para formar figuras en la cabeza, otras lo llevaban trenzado y peinado hacia arriba, mientras las puntas de sus trenzas semejaban pequeños cuernos que sobresalían de sus frentes, solo las prostitutas lo llevaban suelto, y usaban lodo para oscurecerlo. A excepción de ellas y en distintas comunidades el color y número de listones  que usaban en sus trenzas representaban la soltería o el matrimonio.

Los hombres sin embargo y dependiendo de su edad y profesión podían llevarlo de distintas formas:  Los hombres que no servían en la guerra  llevaban los cabellos largos al hombro con un fleco al frente, los guerreros -dependiendo de su grado- llevaban un arreglo distintivo a forma de tocado. Desde que nacían hasta los trece años llevaban el cabello corto, al cumplir los trece se les dejaba crecer un mechón de pelo en la nuca.

Llegando a la adolescencia su cabellera ya era larga y si a esta edad eran capaces de capturar a un enemigo, ya sea solos o con la compañía de alguien se les cortaba ese mechón como símbolo de su logro. Pero se le dejaba crecer un mechón sobre la sien derecha que con el tiempo cubría la oreja. Dependiendo del número de cautivos que hacían se les recompensaba con diferentes adornos que demostraban su poder y valentía.

Como podemos ver, el cabello era de suma importancia para nuestros ancestros, por muchas razones y aunque en la actualidad tales practicas ha dejado de estar vigentes casi por completo nunca es demasiado tarde para re-aprender y re-aprehender todo aquello que nuestros ancestros nos han enseñado.

sábado, 21 de septiembre de 2013

21 MÉTODOS DE EJECUCIÓN A LOS "INDIOS XINKAS" EN GUATEMALA


21 HORRIBLES MÉTODOS DE EJECUCIÓN Y GENOCIDIO APLICADOS A LOS "INDIOS XINKAS" EN GUATEMALA A MANOS DE LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA
TRES SIGLOS DE MIEDO,  PERSECUCIÓN Y SANGRE A NUESTRO PUEBLO POR PRACTICAR SU COSMOVISIÓN

Veintiún métodos de ejecución que muestran las elevadas cuotas de sadismo y crueldad que el hombre es capaz de inventar a la hora de ejecutar a los que creian violaban la ley "de Dios" al practicar su Cosmovisión y su Religiosidad. Parecería que fueron ideadas por verdaderos psicópatas torturadores pero fue todo a manos del Santo Oficio de la Iglesia Católica, esta publicación no es para crear mas odio, sino para que nunca se olvide a esas miles de abuelas y abuelos que fueron asesinados y masacrados en la época colonial solamente por practicar su fe, mi tatatarabuela murió desmembrada por ser Umala una curandera con hierbas y medico natural de su comunidad.

Estos veintiún terribles métodos de tortura, capaces de mostrar contundentemente cómo la crueldad y el sadismo son capaces de instituirse al interior de sociedades en que el Poder, en su afán por conservar el orden, es capaz de recurrir a las más infames e inimaginables expresiones del terror; las cuales, en ciertos momentos de la historia, en vez de ser repudiadas por las masas son acogidas con una mezcla de temor y mórbida atracción, mezcla idónea para que, a través de la conversión del dolor en espectáculo público, la Justicia Punitiva pueda abandonarse a los más aberrantes excesos, contando siempre, para la práctica de tales excesos, con auténticos psicópatas camuflados tras la función del verdugo. Y es que, si ahondamos en la siniestra función de quien ejecuta la pena capital, veremos que, sobre todo cuando ésta tiene un carácter particularmente sádico (como las formas de ejecución que se expondrán) y es ejercida con cierta regularidad, no solo precisa de alguien con nula o mínima capacidad de empatía para su cumplimiento, sino que se ofrece como una oportunidad de dar rienda suelta al instinto asesino, aunque bajo el ala protectora de una legalidad cómplice…

Agua en el vientre hasta explotar

Este procedimiento consiste en introducir agua en el estómago de la víctima, inmovilizada sobre una plataforma mediante cuerdas y tornillos, y a veces también mediante alambres espinosos. La forma de introducir el agua puede variar: se pueden usar trapos húmedos que se le meten a la fuerza mientras se le vierte agua en la boca, para después sacar el trapo (que entra hasta la garganta o más profundo) desgarrándole el interior; se puede meter el agua por conductos nasales, inflando al condenado hasta que su abdomen crezca tanto que las púas de los alambres (si los hay) se le claven; o, por último, se puede usar un embudo. En cualquier caso, el proceso desembocaba en muerte cuando, estando bien hinchado de agua el condenado, los torturadores le pegaban y lo aplastaban, llegando a un punto en que le hacían literalmente estallar el estómago…

EJECUCION DE TORTUGA

El método consistía en desnudar al sentenciado y ponerlo en X (con brazos y piernas estirados), suspendido sobre el piso por cuatro estacas y unas cuerdas tensadas. Ahora bien, bajo la espalda del condenado se ponía una piedra puntiaguda y encima una tabla de madera sobre la que se iban añadiendo cada vez más piedras, que podían dejar de sumarse si el condenado confesaba; pero, cuando no era así, moría aplastado lenta y horriblemente, tal y como nuestras abuelas fueron torturadas y sacrificadas, tardaron unos quince horribles minutos en morir a causa de unos 800 kilos de peso…

EL CITURON

Este método consistía en cortar a una persona por la cintura, de modo que quedasen intactos la mayoría de sus órganos, ubicados en la parte superior. El fin de esto era que el condenado tuviese un tiempo de agonía antes de morir desangrado, ya que tendría que afrontar la realidad de ser una mitad humana…

El Péndulo

En este método, la víctima era primeramente asegurada en una tabla de madera con cuerdas, de modo que era imposible que se mueva. Por encima de la víctima estaba una enorme hoja metálica en forma de medialuna, que empezaba a descender poco a poco, balanceándose como un péndulo… Era algo realmente espeluznante que hacía palidecer a la guillotina, pues sobre la tabla podían terminar quedando dos mitades mediadas por un amasijo de órganos y sangre fresca…

Descuartizamiento por caballos

El descuartizamiento por caballos fue la mas usado por los inquisidores españoles durante la invasión a América principalmente en nuestro territorio, existen registros espeluznantes que eran ejecutados entre 10 y 40 ancianos xinkas por día  durante la Conquista y el período colonial, este método consistía en amarrar las extremidades del acusado a 4 caballos que se encontraban ubicados en 4 dirección diferentes se tensaban las cuerdas, al momento de la ejecución, los caballos eran golpeados al mismo tiempo y esto producía el mas terrible dolor al tensarse a tal nivel las cuerdas, podía tardar varios minutos hasta que la victima era desmembrada y sus restos arrastrados por los caballos, en las calles del pueblo. Cuenta la historia del pueblo Xinka que una autoridad Xinka, una anciana de la Montaña de Jalapa sufrió este  terrible castigo, por ser una sanadora y medico natural, es una anécdota considerable en relación al tema del desmembramiento por caballos, ya que se cuenta que lo sobrevivió y los caballos no lograron desmembrarla, por lo que fue acusada de hechicería y posteriormente quemada en la hoguera.

Otra espiga en la historia del Abya'yala con relacion al demembramiento es el caso del  cacique revolucionario, José Gabriel Túpac Amaru, murió en 1781 a manos de la Corona Española. Primero lo intentaron descuartizar con cuatro caballos, pero su fuerza y valor eran tales que sobrevivió y, no pudiendo ser descuartizado, se lo hizo morir decapitado. Estando ya muerto, se lo descuartizó y sus partes fueron esparcidas por distintos y lejanos rincones.
Sobre el episodio histórico en que Túpac Amaru sobrevivió al desmembramiento, un testigo anónimo cuenta lo siguiente: ‹‹Se le sacó a media plaza: allí le cortó la lengua el verdugo, y despojado de los grillos y esposas, lo pusieron en el suelo: ataron a las manos y pies cuatro lazos, y asido éstos a la cincha de cuatro caballos, tiraban cuatro mestizos a cuatro distintas partes: espectáculo que jamás se había visto en esta ciudad. No sé si porque los caballos ni fuesen muy fuertes, o el indio en realidad fuese de fierro, no pudieron absolutamente dividirlo, después de un largo rato lo tuvieron tironeando, de modo que le tenían en el aire, en un estado que parecía una araña. Tanto que el Visitador, movido de compasión, porque no padeciese más aquel infeliz, despachó de la Compañía una orden, mandando le cortase el verdugo la cabeza, como se ejecutó. Después se condujo el cuerpo debajo de la horca, donde le sacaron los brazos y los pies… ››.

La Catapulta y aplastamiento por piedras

Método utilizado a finales del siglo XVII contra nuestros ancestros xinkas. El cual consistía en amarrar al acusado a una piedra gigante que era colocada en una catapulta, maquina inventada en la edad media antecesor del cañón. 
Las catapultas más primitivas disponían de un brazo con forma de cuchara en el para situar y lanzar el proyectil, pero las últimas versiones antes de la aparición de la pólvora usaban una honda para lanzar el proyectil.

El tipo más eficaz de catapulta era el trabuquete, que funcionaba mediante la fuerza de la gravedad. Un contrapeso se izaba mediante unas cuerdas, y una vez situado el proyectil, se soltaban las cuerdas y el contrapeso, más pesado que dicho proyectil, lo lanzaba. Este terrible aparato de madera que tenia una mano tensora que era amarrado a la piedra la persona enjuiciada, la cual era lanzada hacia el oeste donde se ocultaba el sol el ejecutado moría por aplastamiento de miembros, este castigo fue utilizado principalmente hacia los Xinkas que eran encontrados en los cerros o ríos practicando su cosmovisión considerada por la iglesia y la inquisición como diabólicas.


Sentándose en superficies filosas

Esta era una enorme cuña filosa, sostenida por un soporte de madera o metal, sobre la cual se hacía sentar al condenado, el cual tenía atadas unas bolas de metal a los tobillos, de modo que el peso de las bolas metálicas hacía que poco a poco la cuña lo fuese cortando, empezando por el periné y yendo cada vez más hacia arriba…

LA SIERRA

Consistía en desnudar al condenado, colgarlo boca abajo para que la sangre se dirija a su cabeza y así pueda permanecer sin desmayarse, y posteriormente ir serruchándolo poco a poco, desde el periné (parte ubicada entre el ano y los genitales) hasta la parte superior del cráneo. El gran problema con el procedimiento era que el cuerpo del condenado se movía demasiado por la resistencia que ofrecía a la fuerza de quienes serruchaban (se usaba una sierra grande, un verdugo tomaba un extremo de la sierra, y el otro el extremo sobrante).


El tormento de la rata

Este método consistía en poner una jaula de hierro, abierta por debajo y con una sección abrible arriba, sobre el abdomen del condenado, que estaba siempre acostado boca arriba e inmovilizado.  Dentro de la jaula se introducía por arriba una rata, tras lo cual se cerraba la jaula y se empezaba a calentar la parte superior de la misma, a fin de que la rata se desespere e intente escapar del calor cavando en el vientre del condenado… Algunas veces se usaba para obtener confesiones, pero otras para ejecutar, y podía introducirse más de una rata en la jaula.


El Aro de Fuego
Consiste en poner un aro de madera bañado de aceite alrededor del cuello o el pecho y los brazos de una persona, encendiéndolo a fin de que la víctima muera tras un intenso periodo de sufrimiento que puede durar hasta 20 minutos y en el cual se dan terribles quemaduras previas a la muerte, en algunas ocasiones el aro o collar de madera poseía púas para causar mucho mas dolor.

Cocinado en un recipiente

La ejecución por recipiente consiste en meter al condenado en un toro de bronce o una estatua de bronce, que está hueco por dentro y, en algunos modelos, presenta conductos para la salida del humo (con olor a carne quemada e inciensos que metían) y tubos en el interior de la garganta del recipiente, a fin de que estos tubos, que desembocaban en la boca de la efigie, permitan que los gritos del condenado se escuchen con más potencia y claridad, semejando además ser gritos del toro en las llamas, ya que la efigie, con el condenado adentro, se colocaba sobre una hoguera hasta reducir a cenizas a quien estaba dentro de ella…

La olla gigante: Este método consiste en poner al condenado en una olla gigante llena de agua, y cocinarlo allí a fuego lento, hasta que muera este castigo fue utilizado en las region de Guatemala a principios del siglo XVII… Se lo aplicó contra los adoradores de idolos y contra las “brujas”.


Ser despellejado vivo

Este método consiste en arrancarle la piel al condenado mientras está vivo, se hacia acompañar por la exposición pública de la piel del desollado, se colocaba en las plazas de los pueblos, para que los "indio" y esclavos infundiera temor,manifestando con ello el poder del Estado y el terror que éste ha aspirado a infundir en los momentos más oscuros de nuestras civilizaciones.

Era usual que se iniciase con un gran corte en forma de T en la espalda, desde el cual el verdugo iba tirando la piel, tratando siempre de hacerlo de un solo tirón y causando la menor hemorragia posible. Esa era la manera más común de desollamiento, pero también se podía ejercer con ayuda de herramientas, como los garfios de hierro, los ganchos con “forma de uña de gato”, las úngulas, los rastrillos, las pinzas de hierro, o inclusive pedazos de vidrio o cerámica rota.

La barra candente y la espada

En la primera, en lugar de introducir una estaca, se introducía una espada al rojo vivo en el recto del condenado, de modo que moría mucho más rápido que en el empalamiento normal, porque la espada, al estar hirviendo y ser filosa, podía traspasar su carne como mantequilla. Cosa semejante sucedía cuando lo introducido era una barra de hierro al rojo vivo, solo que en este caso el condenado no moría tan rápido, aunque, a diferencia de la variante de la estaca, aquí la barra de hierro, dependiendo de su punta y grosor, podía terminar surgiendo por el cráneo del condenado…

Águila de sangre

Consistía en abrir al condenado desde la columna vertebral, cortando y abriendo las costillas de forma que semejen alas manchadas de sangre y los pulmones queden expuestos hacia afuera. Lastimosamente la víctima no moría instantáneamente, y tenía unos momentos de intenso sufrimiento, en los que se espolvoreaba sal (cal según ciertas fuentes) sobre la herida…


Muerte con metales fundidos

Este método se ejercía generalmente con un aparato (inventado por la Inquisición…) que parecía un aspersor de agua bendita, pero que en realidad contenía plomo fundido en un extremo, y estaba diseñado de tal forma que soltaba gotas de plomo como si fuesen agua bendita. Estas gotas por lo general bastaban para extraer confesiones, pero en muchos casos mataban de dolor al condenado… En su otra variante conocida, el método de metal fundido consistía en verter plata derretida sobre los ojos del condenado…

LA INQUISICIÓN EN GUATEMALA


TRES SIGLOS DE INQUISICION EN GUATEMALA
Cuando los tentáculos del Santo Oficio alcanzaron tierras guatemaltecas

El poder de la Iglesia tambaleaba sobre las oscuras aguas del protestantismo. Había curas de poca monta que se pervertían frente a rebosantes tarros de vino y las mujeres eran visitadas —extrañamente— por demonios nocturnos que las embarazaban.
El mundo cristianizado se hacía indómito. Para controlarlo se necesitaba de una mano muy fuerte. Así, España decidió extender, en el siglo XVI, su tentáculo justiciero hacia estas tierras americanas.
Dicen que el arma de oro en manos coléricas se convierte en espada de sangre. En efecto, para extraer con todo y raíz a los desviados era necesario establecer un tribunal que controlara a los sembradores del vicio. Tal fue la tarea del tribunal de la santa Inquisición. Pero abordemos, pieza por pieza, el significado de tan sugerentes palabras: santa Inquisición.
Según los diccionarios —y particularmente el de la Real Academia Española— santa es una palabra que viene del latín sanctus, que significa perfecto y libre de toda culpa. Otros adjetivos que están bien casados con la santidad son los calificativos sagrado y virtuoso. En cuanto a la palabra inquisición, procede del latín inquisitio, y es la acción de inquirir.
La santa Inquisición no es otra cosa, en teoría, que la inocente indagación acerca de algo. Pero la connotación universal se refiere a una fiesta de torturas y muerte. Los blasfemos irreconciliables eran quemados o muertos por inmersión en agua, previo humillante y público castigo.
Son varios los tomos que se han escrito acerca de la Inquisición desde sus orígenes hasta su ocaso. Muy poco se ha investigado, sin embargo, de su paso por estas tierras del reino de Guatemala. Y la primera pregunta que debemos formulamos es esta: ¿Hubo cárceles, torturas y cuantioso derramamiento de sangre debido a la Inquisición en el país? No. 
Contrario a lo que se podría pensar —y según los estudios hasta la fecha— la Inquisición de Guatemala, a pesar de practicar los indígenas ceremonias que la Iglesia asociaba con los demonios, no implicó un baño de sangre. En tres siglos solo hubo una condena a la hoguera, como se verá más adelante. Sí que hubo injusticias, pero no debido a la Inquisición como organización, sino a la crueldad de los conquistadores, curas y otras autoridades, desde que arribó Cristóbal Colón, en 1492, con sus carabelas cargadas de soldados y gente que se abrió paso entre la selva. El Santo Oficio fue ordenado 77 años después, cuando fueron introducidos los tribunales, en 1569, en Lima y México —a Cartagena llegaron todavía más tarde, en 1610—.
Al historiador Ernesto Chinchilla Aguilar debemos la investigación más detallada y descriptiva, publicada en su libro La Inquisición en Guatemala —1953; edición facsimilar 1999— y que fue su tesis para culminar sus estudios de Historia realizados en México.
Antes de Chinchilla se ocupó del tema el presbítero y doctor Martín Mérida (1825-1895) en su Historia crítica de la Inquisición en Guatemala, quien se basó en los documentos conservados en la Biblioteca Nacional de Guatemala cuando era director de esa el poeta cubano José Joaquín Palma. Después de Chinchilla, se tienen los aportes de Jorge Mario García Laguardia en su ensayo Orígenes de la democracia constitucional en Centro América, y en su artículo Documentos del Santo Oficio de la Inquisición en Guatemala (El Imparcial, julio de 1979); además, el artículo escrito por John Browing, publicado en la Historia General de Guatemala, bajo el título Heterodoxia ideológica: la Inquisición. Pero además de esos existe una importante tesis, la del historiador Enrique Gordillo Castillo, titulada Protesta popular y concepción terrenal de la vida: El caso de Francisco de Jesús Arévalo (1991). 

Varios de los documentos originales —actas notariales y anónimos confiscados— hoy pueden ser leídos en el Archivo General de Centro América, pero la mayoría, los consultados por Chinchilla Aguilar, solo en México.

Así comenzó todo

En América solo hubo tres tribunales del Santo Oficio, los de México, Lima y Cartagena. Guatemala dependía de los tribunales de México. El 12 de septiembre de 1572, el juez inquisidor general, cardenal Diego de Espinoza —desde España— dio poderes al licenciado Pedro Moya Contreras —en México—, y este, a su vez, al presbítero Diego de Carvajal —en Guatemala— para ejercer la comisión del Santo Oficio.
Elementalmente, la Inquisición era un organismo dedicado a castigar a quienes cometieran delitos contra la fe católica y faltas graves a la moral. La Inquisición española persiguió a protestantes, moriscos y judíos, pero fueron pocos de estos los que se refugiaron en Guatemala. “(Eran) víctimas de la persecución en España, y en América casi no lograban introducirse” —Chinchilla—.
Sin embargo, las autoridades recibían enormes cantidades de denuncias sobre supuestos herejes, blasfemos, bígamos, frailes que hacían “solicitudes” —que pedían favores sexuales a cambio de absolución en los confesionarios— y otros delitos.

En el caso de los indígenas

“No habéis de proceder contra los indios del dicho vuestro distrito, porque por ahora, hasta que otra cosas se os ordene, es nuestra voluntad que solo uséis de ella contra los cristianos viejos y sus descendientes”. Esta es parte de las instrucciones enviadas a América, recibidas en 1573.
Pero hay otra razón, todavía más interesante, por la cual los indígenas no serían perseguidos por la Inquisición; esta nos la explica el historiador Gordillo Castillo en su tesis de maestría en Historia, El Protectorado de Indios en el Reino de Guatemala: “Los indios fueron declarados “miserables de espíritu” desde el siglo XVI, que en la época significaba que eran como “menores”, incap
aces de distinguir entre el bien y el mal. Por esa razón se creó un sistema de protección que incluyó su aislamiento de los españoles —que eran “malas influencias”— y un sistema de tutelaje. Uno de los “privilegios” fue que no estaban afectos a la Inquisición”. 

La prohibición de perseguirlos, sin embargo, fue incumplida. El caso más documentado es la orden que dictó el comisario Antonio Prieto contra el baile ceremonial llamado Tum-teleche, también llamado Loj-tum, que era celebrado en Mazatenango.

La prohibición del Tum-teleche

Según el acta, se trataba de una ceremonia celebrada en San Bartolomé Mazatenango, que simulaba, con música triste y bailes, la extracción del corazón de un preso de guerra, con todo y sus nahuales, que eran un tigre, un león, un águila “y otro animal”. Todo eso se hacía entre alaridos, al ritmo de un son “horrísono y triste”. El comisario Antonio Prieto de Villegas, promulgó un auto en el que mandó prohibir que lo bailaran.
Este mismo comisario recibió una interesante denuncia en contra del ermitaño Juan Corz, quien habitaba el hoy famoso Cerro del Carmen.

El caso de Juan de Corz

Cuando se habla del ermitaño Juan de Corz —o Juan Corz—, se suele imaginar a un solemne monje tullido por las oraciones y ojeroso por las penitencias. Pero obra una denuncia contra él. Juan Aguilar Suárez, beneficiario del Valle de Mixco, lo acusa de 15 cargos. Entre ellos dice que Juan Corz asegura que se hacen milagros en su ermita; pide limosna para las almas del Purgatorio; permite que lleguen “mujeres muy tarde, y casi de noche, en romería, a la dicha hermita, estando en un monte apartado de las poblaciones”; pide dinero para comprar pollos; es muy “cudicioso”; vende candelas de cera; anda a caballo, “es moso, come y beve mui bien” y se hace pasar por santo. Sigue otra cadena de acusaciones tales como que exhibe una cadena de hierro que carga al cuello, solo para presumir de penitente.
El caso, que data de junio de 1620, no afectó a Corz. Escribe Chinchilla en la Historia General de Guatemala: “No se siguió proceso formal contra el religioso, autor de la primitiva ermita del Cerrito del Carmen”.
Como se mencionó, desde la llegada de Colón fueron 77 años sin Santo Oficio en América, pero eso no significa que no hubiera prácticas inquisitoriales. Estas fueron ejecutadas todo ese tiempo por los miembros de las órdenes religiosas. Eran ellos quienes hacían los interrogatorios y las condenas o absoluciones según lo consideraran justo. Por eso, una de las primeras y más delicadas tareas del Santo Oficio fue poner orden; pero ese traspaso de poder creó fricciones entre los eclesiásticos. En esa etapa, encontraron que los de las órdenes eran crueles, pues requerían “tormento, prisión y confiscación de bienes durante los procesos” (Chinchilla). Es el caso, por ejemplo, del obispo de Charcas, quien procedió contra el escribano público Rodrigo de Evora, a quien castigó “con coraza, soga y vela en la mano, y desnudo y en cuerpo, le paseó públicamente en la Villa del Realejo, donde le hizo leer la sentencia que le condenaba a seis años de galeras al remo y en trescientos azotes que habían de dárseles en diferentes pueblos”.
Otro ejemplo de abuso de poder es este otro que registra Chinchilla: “En Guatemala no se tiene noticia de autos de fe en que se haya inmolado a personas, pero sí se sabe de uno que se llevó a cabo aproximadamente entre 1558 y 1559, durante el obispado de Marroquín, en el cual se penitenció públicamente a muchos indios vestidos con sanbenitos (…) se azotó a los indios y se quemó una regular cantidad de ídolos”.
A 30 años de la instauración del tribunal había por lo menos 50 personas con nombramiento de calificadores —censores de libros—, familiares —así se llamaba a los vecinos que colaboraban con el Santo Oficio promoviendo la moralidad— y notarios.

Lectura de edictos

Básicamente, un edicto contenía amenazas para que la población denunciara a quienes practicaran herejía, hechicería, o que fueran judíos, moriscos y protestantes. También se advertía de los libros prohibidos, y se intimidaba con las condenas que podrían padecer quienes, sabiéndolo, no los denunciaran. 
Luego de la lectura de un edicto surgían denuncias espontáneas. Esto es, los pobladores acudían a reconocer sus pecados, aunque a veces eran bastante inocuos e, incluso, los pecados ocurridos hacía más de 20 años. En estos casos, los comisarios los reconciliaban fácilmente por medio de la absolución. Entre las culpas más frecuentes estaba el decir, por ejemplo, “que no se creía en el Papa, en la Santísima Trinidad, en la Inmaculada Concepción de María, en las fiestas de guardar o en las indulgencias, así como que los santos no eran más que lienzos o pedazos de madera pintados” (Chinchilla).

Procedimiento 

Los inquisidores, testigos y denunciantes debían guardar riguroso secreto de cada proceso, so pena de excomunión. Después de recibida una denuncia —cualquiera podía decir, por ejemplo, “mi vecino es hereje”—, se procedía a recavar información. Según el caso, se capturaba a los sospechosos, a oscuras y sigilosamente; y luego de interrogarlos, si era pertinente, eran enviados a México para que siguieran siendo investigados —allí sí eran torturados—. Los gastos de su transporte y alimentación corrían por su propia cuenta. 
Si su declaración no satisfacía al tribunal de México, se le tenía por un tiempo bajo la dirección espiritual de un sacerdote, preso en cárceles secretas, torturado, y si los delitos eran graves, era llevado a la hoguera (en Europa podían morir también bajo el agua). Si salía absuelto, de todas maneras terminaba muy afectado, pues los procesos eran lentos; podían durar años.
La condenas pequeñas incluían la confesión en privado y una leve abjuración —llamada abjuración de levi—; otras más graves, una muy sentida abjuración en público —de vehementi—, vejaciones tales como vestir un hábito de penitenciado —llamado sambenito—, el paseo en público por las calles principales.
Dice Chinchilla: “Las denuncias elevadas por los comisarios al tribunal de México no fueron admitidas en su mayoría, y de los aproximadamente 400 dictámenes remitidos a dicho tribunal en los siglos XVI y XVII, solo unos 40 terminaron en la formalización de un proceso. De los reos enviados desde Guatemala a las cárceles del mismo tribunal fueron castigados no más de 85 con penas graves y 60 con sanciones leves; solo un reo fue llevado al patíbulo en 1575: el irlandés William Corniels, que vivía en Sonsonate”. Este personaje fue acusado de practicar el protestantismo.
Entre los castigados que menciona Chinchilla se encuentran, por ejemplo, estos casos: 

Figuró en auto público Gaspar Zapatero, por haber dicho que la fornicación no era pecado. Se le castigó a la pena de “vela, soga, mordaza, abjuración de levi y doscientos azotes”. 
En 1574, a Juan de Valderrama se le siguió proceso por haber dicho que los sacramentos y la confirmación y la eucaristía eran simples ceremonias, “y que él podía moralizar sobre los evangelios como cualquier teólogo”; se le condenó a sufrir de vela, abjuración de levi y un año de destierro.
En 1590, Blas Pérez de Ribera, un joven soldado que “queriéndose vestir una camisa y hallándola mojada, dijo que renegaba de Dios”. Debido a que le robaron su espada, dijo que “renegaba del cielo y de cuantos allá estaban”. Fue condenado a vela, soga, abjuración de levi, cien azotes y destierro por dos años.

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Instrumentos de tortura

Debido a que nos restringimos a la Inquisición en Guatemala, de más estaría mencionar los ingeniosos instrumentos de tortura inventados durante ese período. Los museos del crimen del mundo exhiben máscaras de metal, sillas con clavos, hierros para atornillar dedos, cascos para destripar cráneos, ruedas de carreta para destripar cuerpos, máscaras con lengua larga —para mentirosos—, máscaras de cerdo —para los moralmente sucios—, bolas de acero o potros de madera. 
No existen en Guatemala piezas como esas debido a que, como dijimos, no tenía esta región un tribunal de Santo Oficio, sino una sede inquisitorial, que operó del siglo XVI hasta principios del XIX. En todo ese tiempo hubo 24 comisarios para las 43 comisarías del Santo Oficio. En 1773, las actividades se suspendieron por algún tiempo, debido al terremoto que destruyó a la ciudad de Santiago. Después de la Revolución francesa (1789), la Iglesia se vio amenazada por la Ilustración y el afrancesamiento. Se siguieron procesos contra personas simpatizantes de dicha revolución y “se procura impedir la circulación de los libros prohibidos” (Chinchilla). Eso perduró hasta principios del siglo XIX.

Casos famosos

Además del de Juan Corz, hay otros casos que merecen un vistazo. Entre 1557 y 1558 fue acusado el regidor Francisco Del Valle Marroquín, procurador de la ciudad de Guatemala, pariente del obispo Francisco Marroquín. Se le acusaba de haber seducido —por medio de encantamientos— a la doncella María de Ocampo. La joven tuvo que confesar que había sido cautivada por el demonio, encarnado en don Francisco. El tribunal de México absolvió al acusado.
El franciscano fray Pedro de Arista, en 1626, fue denunciado de “encarecer los méritos de cierta dama, comparándola a la Virgen María”.
En la época del comisario Felipe Ruiz del Corral —uno de los más célebres inquisidores, debido a su carácter firme— vino de Panamá a Guatemala un tal arzobispo de Myra, que en realidad era solo obispo y no tenía nada que hacer en esta tierra. Pero se le rindieron los honores; fue alojado en el convento de La Merced, se le dieron limosnas para cierta delicada misión que él decía tener y además coronó una imagen de la Virgen María; al hacerlo, puso el pie descalzo sobre el altar. El comisario Del Corral lo acusó de impostor. Se hicieron las averiguaciones y dieron en que, efectivamente, no era arzobispo. Fue desterrado a perpetuidad de las Indias.
Don Felipe Ruiz del Corral persiguió, además, al primer cronista de Guatemala, fray Antonio de Remesal, cuyo libro Historia general de las Indias Occidentales y particular de la gobernación de Chiapa y Guatemala fue decomisado y expurgado. 
Entre los numerosos cargos está que el dominico conocía las lenguas griega y hebrea —por lo tanto podía ser judío—. “Los cinco cajones que contenían 198 ejemplares del libro de Remesal fueron interceptados en septiembre de 1620, y todavía en 1627 continuaban las tribulaciones del cronista, sin que se pueda saber en qué paró el proceso, pues a partir de ese año no se volvió a tener de él noticia alguna” (Historia de Guatemala, Chinchilla).
Otro caso. En 1621, el místico fray Jerónimo Larios fue llevado a juicio porque aseguraba que hablaba con la Virgen. Según Ruiz del Corral, todo era producto de una locura debida a sus ayunos. El fraile aseguraba, además, que estando en su cuarto había sido llevado en la noche, en espíritu, al Purgatorio, donde vio padecer a muchas almas. Tenía 65 años y solo fue condenado a dos años de destierro fuera de su convento y de México.

Más casos

Estos son algunos encontrados en el Archivo General de Centro América. En 1779, don Alonso Cortes, comisario del Santo Oficio de la Nueva Guatemala de la Asunción, recibe una queja contra “Rafael Montenegro, soltero, español, hijo bastardo de Balthasara Montenegro, natural del pueblo de Pinula, una negra de esta capital”. El denunciante, “por cargo de su conciencia, dice y denuncia” que el acusado tiene una piedra imán para conseguir mujeres. 
1793. Dionicia Días, mulata, natural del pueblo de Amatitlán, “dice que hará como catorce años” el mozo mulato Marías Bardales le pidió 12 alfileres que puso bajo agua consagrada y después detrás de la puerta de la Iglesia “para conocer las brujas que avía en ese lugar, las que no podrían salir de la Iglesia mientras no se quitaran dichos alfileres”.
1794. Un hombre es denunciado porque dice que tiene polvos para conseguir mujeres. La denunciante dice que “hará como cinco años” que en el pueblo de Dueñas un “moso mulato”, Matheo Reyes, de 20 años, dijo que “para conseguir mugeres para fin inhonesto, eran a propósito los polvos de queso de un pájaro que se ve dando saltos de noche por el camino y se hacen dichos polvos enserrándolos dicho pájaro (…) en día viernes, y sacados después los quesos, luego, a los quince días, reducidos a polvo y echados a la muger que se solicita”.
1810. Don Mariano —apellido ilegible— fue acusado de hacer figuras desnudas, a lo cual se defendió diciendo que elaboró un Nacimiento con Misterios, pastores, vacas, casas de campo y crustáceos. Y los cuerpos desnudos estaban bañándose en el Nacimiento. 
En otro caso, don Mariano Idelfonso Arévalo, presbítero domiciliario, “digo: que ha llegado a confesarse conmigo una persona campestre: esta tal ha tenido varios pensamientos injuriosos a la integridad de Nuestra Señora. Los ha proferido juntamente con otros de que dudaba si hay infierno y purgatorio”. La denuncia del cura va acompañada de una solicitud para absolverla, porque ella dice estar arrepentida, pero que antes quiere saber si el representante del Santo Oficio, Bernardo de Corzo, quiere añadir alguna penitencia. En respuesta, el arzobispo le responde que puede proceder a absolverla con la penitencia que considere justa. 
1820. El vicario de San Andrés Iztapa, Chimaltenango, dice que Mariano Azurdia, conocido como Cuete Doble, fue puesto preso por su madre porque le escuchó proferir palabras tales como “que no había un Dios, y que si lo había, la quería tener con él. Que si en sus manos tuviera la Ostia Consagrada, la haría pisotear. Que pisaría la corona de María Santísima, y otras blasfemias”. Una nota agrega que el acusado se fugó de la cárcel.

El caso de los anónimos 

En 1817, a las puertas de la Catedral y de otros templos aparecieron anónimos blasfemos. Las autoridades eclesiásticas interrogaron a varios denunciados. Tales anónimos tenían un tono altamente sacrílego. En el Archivo General de Centro América se tienen guardados 54 hojas con las actas y los documentos. Algunos de estos dicen: “No creas en Dios”. O bien: “Eregia en berso (sic) glosado contra Dios”. Había páginas con “Mandamientos” tales como “Amarse asimismo sobretodo”, “Aborrecer el nombre de Dios”, “Profanar las fiestas”, “Declararse enemigo de la iglesia” y “No creer lo que no hemos visto”. Lo más interesante es que el autor de los papeles heréticos era un mulato que se entregó voluntariamente. Este caso fue explorado por el historiador Enrique Gordillo, quien lo expone en su tesis que se refiere a El caso de Francisco de Jesús Arévalo. 
El historiador —consultado verbalmente para este reportaje—, lo explica de esta manera: “Los hechos ocurrieron a mediados de 1817, cuando aparecieron en las puertas y en el interior de los templos, así como debajo de las puertas de casas particulares y esparcidos por las calles de la ciudad, “pasquines heréticos y blasfemos” en contra de la Iglesia proclamando una nueva religión hereje. El capitán José de Bustamante y Guerra mandó investigar a todos los sospechosos. El 31 de agosto se entregó, al arzobispo Casaus y Torres, Francisco de Jesús Arévalo, un mulato de 23 años, sastre, hijo de una esclava negra de doña Juana Martínez viuda del impresor don Sebastián Arévalo. Al mismo tiempo, Juan Francisco Samayoa lo delataba ante el Capitán General. Ambos habían crecido juntos en la imprenta más importante de la época y compartieron libros e ideas. Es un caso extraordinario. Francisco de Jesús Arévalo y Juan Francisco Samayoa estuvieron presos desde el 2 de septiembre de 1817. Recobraron su libertad como consecuencia de la supresión de la Inquisición, el 9 de mayo de 1820. Samayoa se graduó de Bachiller en la Universidad, en tanto que no se volvió a saber de Francisco de Jesús Arévalo”. Este caso ya no fue conocido por el Tribunal de la Inquisición en la ciudad de México. 
Tal como lo escribe el historiador, el Santo Oficio fue abolido en 1820. No obstante, el mismo ya había tenido una primera abolición, gracias a las Cortes de Cádiz, en 1813, pero había vuelto a funcionar cuando retornó al poder Fernando VII. 
En las instrucciones definitivas, dirigidas al entonces capitán general don Carlos Urrutia, en 1820, se lee que deben ser puestos en libertad todos los presos “que existen en sus cárceles por opiniones políticas o religiosas”.
Un año más tarde se firmaría la Independencia.

La santa Inquisición
Fue la institución católica dedicada a la supresión de la herejía. La Inquisición medieval, de la que derivan todas las demás, fue fundada en 1184 en el sur de Francia para combatir la herejía de los cátaros. En 1249 se implantó en el reino de Aragón, y fue extendida como Inquisición Española (1478 - 1820).

jueves, 19 de septiembre de 2013

EL BARRO XINKA


EL BARRO XINKA
MANIFESTACIÓN DE UN PATRIMONIO INMATERIAL ANCESTRAL

La población Xinka ubicada en el territorio de Jutiapa, Jalapa y Santa Rosa 
una de sus fuentes de vida y economía son las artes tradicionales elaboradas en barro, pero lo distintivo de este trabajo es el significado que guardan las piezas, elaboradas a mano tal como lo hacían los ancestros.
Hasta ahora no se conoce otra población que en esta época conserve las costumbres ancestrales y las formas de trabajar el barro como los Xinkas, ese apego por mantener vigente ese patrimonio legado de generación en
generación. Hoy en día, los pobladores trabajan en grupos familiares y la
mayoría sostiene su economía con la venta de sus artesanías.
Nuestros artesamos Xinkas son admirables, pues se aferran a su trabajo rudimentario para conservar la tradición. Cuentan como hecho curioso, que sus artes y tradiciones jamas  atencion y apoyo por parte de los entes gubernamentales, les han rechazado por parte del Ministerio de Cultura y Deportes pues le dan Prioridad a los Vestigios Mayas,  pero nuestros pueblos continúan el trabajo de la manera como se lo enseñaron sus antepasados, sean apoyados o no por el gobierno.

En esta labor los artesanos ejecutan paso a paso el ritual ancestral a modo de patrimonio ancestral para que las piezas tengan la calidad esperada. Recolectan el barro en el día y la hora adecuada para que las piezas no se “rajen”, según expresiones coloquiales, pues el toque de cocción y preparación del barro hacen íntegra la artesanía.

Consideramos que esta manifestación de un pueblo a través del barro para que su patrimonio ancestral perdure en el tiempo, es digna de multiplicarse en el resto de las poblaciones de nuestro Pueblo y ser difundido a nivel nacional con el fin de mantener viva la identidad cultural de cada región.
Santa Rosa y Jutiapa, reconocidas  como la población de la artesanía tradicional elaborada en barro, está ubicada al sur-oriente del pais, nuestras artesanias en barro conservan elementos de laboriosidad rudimentaria heredados de sus ancestros. 
Ciertamente, los estudios realizados por historiadores revelan entre otros desempeños, constructores y artesanos.
Puede decirse que hay una correlación de lo laborioso de nuestros artisticas tradicionales y las investigaciones realizadas sobre los toponímicos Xinkas  en la region, en la historia del oriente de Guatemala la mayoría de comunidades poseían un nombre autóctono, pero con el transcurrir de los años fueron cambiados por el racismo y genocidio de los ladinos hacia los indigenas.

De acuerdo a informaciones aportadas por el Centro de Investigaciones y documentación del Pueblo Xinka los tiestos de cerámica popular encontrados en esta región, indican una data cercana al siglo V  al siglo IX. Estas muestras halladas dan evidencias de un trabajo cerámico que se ha conservado hasta la actualidad, en cuanto a sus formas y decoraciones. La artesanía confeccionada por los xinkas se remonta a tiempos pasados. Las técnicas rudimentarias para la elaboración y cocimiento de las piezas, las hacen únicas e inigualables.

Actualmente, los Artesanos Xinkas mercadean sus piezas y trabajos para consolidar las pequeñas empresas familiares. 
Según los testimonios de los pobladores, en la familia trabajan el
barro desde los padres a los hijos hasta los abuelos. Además conservan el modo de recolección de la arcilla y barro para la elaboración de las piezas.Tal como se lo legaron sus ntepasados, el barro es recolectado en un pozo denominado por ellos “mina o barral” que mana el barro sin socavarse jamás. Aseguran que no tienen idea desde cuando existe ese pozo, lo cierto es que lo consideran una fuente de vida, pues allí tienen su modo de
subsistencia. Todo un ritual acompaña esta recolección de la arcilla, ya que de no ser así, el trabajo se perdería. En este sentido, argumentan que esta arcilla debe ser recogida en tiempo de luna menguante, esto para que no se agriete el barro. Luego de la elaboración de las piezas confeccionadas a mano, puesto que se niegan a trabajar con instrumentos industrializados, éstas deben quemarse en el horno elaborado igualmente de forma rudimentaria como lo hacían sus ancestros.
La labor que con orgullo emprenden cada día los artesanos, va cargada de creencias y esperanzas de vida; ello lo demuestra la perseverancia en  mantener viva la técnica y esos consejos mágicos que dejaron sus antepasados, que hasta ahora no les han fallado. Una demostración de ello viene a ser la integridad y calidad de las piezas.

Para darle color y esplendor es usada determinada leña, por ejemplo, el olivo le ofrece matices verdes y amarillos; una mayor cocción le ofrece un color blanquecino. De esta manera modelan con sus manos objetos utilitarios, adornos decorativos que copian formas de la naturaleza.
La mayoría de los pueblos de nuestra región poseían una cultura agrícola y sedentaria, manufacturaban grandes cantidades de cerámica, en primera instancia para cubrir las necesidades cotidianas, como las de cocina, vajilla y almacenamiento. La cerámica, dura y permeable aunque porosa, permite los procesos más diversos en relación con la actividad humana, pero es frágil y su constante rotura hace que sea producida continuamente.
El comercio de la artesanía se ha ampliado hacia otras zonas del país, pues
anteriormente sólo se vendía las piezas en los mercados comunitarios; al principio se llevaban en anda en la espalda, posteriormente en burro o caballo, ahora los mayoristas las buscan directamente en las comunidades que producen. La producción se diversificó, ya que ahora se elaboran adobes y tejas de arcilla. Es importante destacar que la faena de elaboración de artesanías es diaria y cada miembro de la familia debe conocer los procedimientos de elaboración. 
El barro con el que se trabaja es cernido para eliminar las impurezas para luego ablandarlo con agua y así obtener el punto necesario para moldearlo. Al final del año, los artesanos deben seleccionar las mejores piezas para exhibirlas durante las fiestas patronales.


domingo, 15 de septiembre de 2013

CARRERA DE CINTAS UNA TRADICION DE NUESTRAS COMUNIDADES



CARRERA DE CINTAS Y DESPEZCUESE DEL PATO.
UNA TRADICIÓN ANCESTRAL XINKA COMUNIDAD INDIGENA DE SUCHITAN

Esta modalidad de festejo es una costumbre muy arraigada en las comunidades que conforman el Suchitan en Santa Catarina Mita Jutiapa. Ya en el siglo XVII, el historiador Fuentez y Guzman describía en su  cartas, esta afición de los jóvenes indios ladinizados, que sobre sus engalanadas monturas se disponían a competir para conseguir el trofeo que le sería impuesto por alguna de las jóvenes damas que se encontraban en el palco de honor.

Hoy es un festejo que se celebra en casi todas las localidades de este territorio, durante las fiestas patronales o fiestas patrias. En los años cincuenta y sesenta del siglo XX se reavivo estas costumbres ancestrales, pero actualmente vuelve a renacer la tradición, utilizándose caballos y vestías de monta.

Al parecer no ha cambiado demasiado el sistema de competición desde aquellos remotos tiempos. Los hombres que desean participar se apuntan para el torneo, mientras que las damas que han bordado unos pañuelos de seda, permanecen en el palco. En el lugar de la carrera se coloca un alambre cogido a dos palos, en el que se introducen unos carretes con cintas de colores, cada una de las cuales corresponde a una de las damas.

Los caballistas inician la carrera, con los estribos alzados o bien subidos sobre la silla de montar , para lograr alcanzar la altura a que está el mencionado alambre. Con un punzón de madera intentar enganchar la anilla de alguno de los carretes y silo consiguen, se acercan hasta el palco, subidos en su caballo, en donde la dama correspondiente a esa cinta, le impondrá el pañuelo cogido en bandolera, felicitándole con un beso o simplemente estrechándole la mano.


DESPEZCUSE DE PATOS

Consiste en colocar  de un lazo o alambre cruzado en la calle un pato boca a bajo con el pezcueso pelado y engrasado , ya que decenas de montados a caballo pasaran uno a uno tratando de arrancarle la cabeza hasta lograrlo.

El trabajo de los jinetes es dificil, ya que el pato se cuelga muy alto, pero una vez que uno de los montados logra arancarle la cabeza al pato sale con ella corriendo al rededor de  de la cuadra hasta regresar al mismo sitio donde está la gente espectadora para lanzar la cabeza sobre ellos, donde muchos salen manchados de sangre. (es una tradición que manifiesta mucha crueldad contra los animales (pato) puede considerarse grotesca e inhumana, pero es parte de las tradiciones y costumbrismos de nuestras comunidades).