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PUBLICACION REVISTA D

martes, 26 de mayo de 2015

EL ORIGEN DE LA VESTIMENTA XINKA


EL ORIGEN DE LA 
VESTIMENTA XINKA

Muchos siglos antes de la invasión española y la destrucción del ciclo natural cultura de los Xinkas y otros pueblos de Mesoamérica, el arte textil de los Xinkas poseía un considerable desarrollo. Sus técnicas complicadas y los bellos motivos estilizados que lo decoraban, dejaron una rica tradición que, aunque desapareció casi en su totalmente con la llegada de los españoles que poco a poco fueron sustituidas por telas y decoraciones de tipo europeo.
Las comunidades indígenas Xinkas se vieron fuertemente afectadas por el mestizaje cultural, de lo cual no se ha conservado hasta nuestros días muestras de su belleza y laboriosidad, de generación en generación como otros pueblos de Mesoamérica, que lograron conservar la maravillosa artesanía textil. El aislamiento en que han vivido muchos grupos indígenas durante varios siglos y el desprecio que su cultura ha padecido hasta tiempos recientes, han ocasionado que sus trajes sean poco conocidos y poco apreciada su calidad artística.
Las costumbres y los trajes indígenas xinkas están desapareciendo con celeridad, a medida que la civilización occidental llega a los rincones más apartados de Guatemala. Pronto las mujeres ya no bordaran porque el arte del tejido esta extinto entre nuestros pueblos, acurrucadas en el suelo apisonado de sus chozas, sus maravillosas telas; los significativos bordados tradicionales que van siendo sustituidos por dibujos de los cuadernos que pueden adquirirse por pocos centavos en cualquier mercado.
Las fibras textiles

Para sus vestidos, la gente del pueblo empleaba en los tiempos prehispánicos el ixtle o Tz’ehe (hilo de maguey o agave), las fibras de palma silvestre y el algodón.
Después de la invasión europea se siguió usando la fibra del maguey que parece haber tenido una especie de monopolio de esta fibra en la parte nororiental de Guatemala, ya que las telas de ixtle eran el principal objeto de sus trueques con los Mayas.

Desde hace décadas el ixtle se usa casi exclusivamente para tejer costales. El algodón ha seguido utilizándose en todas partes y en dos variedades: una de color blanco y otra de color pardo llamado coyuxe.

Los españoles introdujeron la lana. En las regiones de tierra fría, muchas familias poseen rebaños de ovejas, de las que obtienen el material necesario para confeccionar maxtates y faldas. La lana casera o comercial se emplea para bolsas, fajas, cinturones, rebozos, ciertos huipiles y también para bordar. Los conquistadores introdujeron también la cría del gusano de seda. La seda se usó sobre todo para tejer damascos, rasos, terciopelos y rebozos. Hay que señalar que actualmente las comunidades indígenas usan seda artificial para sus bordados.

El huso

El huso se compone de dos partes: un palo de madera de aproximadamente 30 centímetros terminado en punta y un trozo semiesférico de barro, madera o hueso, que se ensarta con la parte redonda hacia abajo. Este contrapeso, el malacate, está a veces adornado con dibujos geométricos. La gran cantidad de husos idénticos a los actuales, hallados en zonas arqueológicas, dan idea de la difusión e importancia que el arte de hilar, casi siempre de oficio prehispánico.
Las mujeres sostienen el huso entre el cordial y el anular de la mano derecha y lo hacen girar con el pulgar y el índice. La parte más delicada y difícil del trabajo es obtener los primeros centímetros del hilo, que se desarrollan en el extremo superior del huso. Después el hilo va creciendo rápidamente y devanándose alrededor del palito. Las hilanderas llevan al cabo sus demás quehaceres sin cesar de mover el huso con los dedos de los pies, ya que van siempre descalzas.


Las telas que salen del telar tienen una limitación: la anchura. La tejedora, con la correa del telar amarrada a la cintura, no puede alcanzar con los brazos mucha amplitud. El ancho más cómodo para tejer es alrededor de los 60 centímetros, en lo que respecta a las técnicas no hay limitación alguna.

Dibujos colores y tintes

Los dibujos, bordados o entretejidos en la tela, varían según las regiones y tienen características particulares en los diferentes grupos indígenas. A veces se conservan figuras antiguas. Los colores principales de los tejidos son: amarillo, azul, rojo, morado, anaranjado y negro. Las mujeres encuentran cómodo usar anilinas en vez de tintes tradicionales. Algunos tintes de antaño se siguen usando en ciertas regiones: añil o índigo, caracol de la púrpura y la cochinilla, en algunos pueblos aún se usa la semilla de achiote. 

ALGUNOS TIPOS DE VESTIMENTAS TRADICIONALES

MENAGUAS 

En las fiestas las mujeres usan faldas blancas de tul bordado con artisela que dejan entrever la nagua, de tela brillante de colores vivos. Las mozas más apegadas a la tradición bordan una enagua de manta desde la cintura hasta la orilla interior con pájaros y flores en punto de cruz que se transparenta bajo el encaje. Comúnmente usan faldas sencillas, de manta o de artisela, montadas en pretinas. Como adorno, esas prendas llevan una o más alforzas.
La blusa o camisa está bordada con flores en punto al pasado o de cruz o tiene una bata tejida de gancho. La manga corta, hecha de tablones, queda muy pegada a la articulación. Dicha blusa está cubierta en la parte delantera por un paño cuadrado de artisela (que llaman fular) dos de cuyas puntas las atan en la nuca, e introducen las otras dos bajo la pretina. En las fiestas usan también fulares blancos.
Algunas faldas llevan arriba de la cenefa cuatro motivos bordados, que representan respectivamente dos macetas de flores y dos pájaros o mariposas, este bordado es característico de toda la región. Usan también blusa de manta, bordada en punto de cruz con flores de varios matices o blanco sobrio.
En las comunidades mas alejadas de los pueblos todavía se pueden encontrar algunas ancianas que, sobre el torso desnudo, usan esta prenda. Las mujeres trenzan su pelo y lo entrelazan con listones o con cintas angostas de estambre que sobresalen unos 20 cm. de las puntas de la trenza. Al cuello llevan collares hechos de corales y cuentas de papelillo o de semillas de colorines, o de vidrio, en las orejas aretes chicos de media luna, labrados en el pueblo, los colores en accesorio deben ser rojo, azul, verde, amarillo, blanco y negro, celeste y rosa si se quiere.
Las Xinkas tejen y bordan servilletas para las tortillas, así como los pañuelos para la cabeza o para limpiar el sudor, con figuras realzadas en estambres que se colocan en el hombro. 
Su pelo largo está recogido en dos trenzas que las jóvenes dejan caer por la espalda; suben sus puntas y las amarran detrás de las orejas.



TRENZADAS FESTIVO (Jutiapa y Jalapa)

Los domingos por la mañana la plaza o parque del pueblo, desierta entre semana se llena de puestos y ruido. Bajo la sombra de los arboles, en las anchas escalinatas se sientas las mujeres xinkas que vienen al mercado a vender verduras, guajolote, fruta y cal para las tortillas.

Las mujeres llevan una blusa de escote cuadrado, con bordados al frente rojos, azuleso verdes, negros y de las mangas o simple sin bordado. Las mujeres llevan enredo hecho con dos lienzos que llega al tobillo, lo pliegan en un solo tablón atrás del ancho de las caderas y en cuatro tablas más pequeñas que se encuentran enfrente, usan enredos que sujetan en la cintura por medio de un cinturón de lana roja con dibujos geométricos. Usan un huipil o blusa de encaje adornado con una cuerda de listón azul o morado igual al listón que bordea el escote. Las mujeres antiguamente utilizaban un enorme tocado que en días de fiesta que alcanza 30 cm. de alto hecho con estambres de lana verde y morado que enrollan en el pelo y anudan en lo alto.

Las madres cargaban al niño de dos maneras: envuelto en un lienzo de algodón o acostado dentro de una canasta de red colgada en la espalda, tradición que se ha perdido.


El hombre usa un cotón y camisa de lana con mangas. Visten camisa suelta de manta blanca para el trabajo y negra para ceremonias y actos solemnes, sobre un calzón de la misma tela fajado a las caderas y amarrado debajo de las rodillas, lo sostiene un ceñidor blanco  o rojo. Bajo el ceñidor lleva una bolsa de tela para el dinero, usan sombreros de alas media y planas con copa semiesférica más pequeña que la cabeza, lo que lo mantiene horizontal detenido con una cinta de lana negra, descalzos o sandalias de una sola correa se enreda alrededor del pie y del tobillo y se amarra con un nudo, además del imprescindible machete en su forro de cuero y su tecomate para el agua.