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PUBLICACION REVISTA D

sábado, 7 de julio de 2012

DIVULGACIÓN: 07 DE JULIO DIA MUNDIAL POR LA CONSERVACIÓN DEL SUELO



7 de julio 
"Día mundial de la conservación del suelo"

Cuando las primeras civilizaciones comenzaron a cultivar el suelo, 5000 años y mas antes de cristo, se produjo un fuerte proceso erosivo. Babilonios, fenicios y otros pueblos no advirtieron los efectos erosivos de la lluvia sobre sus suelos ondulados y desnudos como consecuencia del desmonte de los bosques y la desaparición de las praderas naturales. Así se originaron las primeras grandes áreas erosionadas.

Con la llegada de los primeros "colonos" invasores..., se inició la agricultura depredadora extensiva en América, por lo que el problema de la erosión de suelo no es tan viejo; no obstante, su efecto también se hizo sentir y los colonos, cuando los suelos dejaban de producir cambiaban de lugar, pero esto ya no fue posible cuando el número de colonos fue aumentando y se acrecentó con la competencia por las tierras.

En muchos países los productores advirtieron el problema y comenzaron a aplicar prácticas que les permitieron cultivar el suelo sin erosionarlo. En EEUU, alrededor del año 1900, Hugh Hammond Bennet, científico pionero en la lucha contra la erosión, comienza a publicar sus trabajos. En memoria de su desaparición física se instituyó el día 7 de Julio como el Día de la Conservación del Suelo.

En la actualidad, el concepto de conservación está basado en un profundo conocimiento del proceso erosivo, ya sea de la erosión hídrica (producida por el agua) o de la eólica (producida por el viento). En la primera, la gota de lluvia al caer sobre el suelo provoca la separación del mismo en pequeñas partículas, las que son transportadas por el escurrimiento del agua acelerando la desagregación.

En el caso de la erosión eólica, el proceso se basa en principios similares; el viento actúa como agente externo produciendo el movimiento de las partículas del suelo en tres formas diferentes: saltación, suspensión y arrastre superficial.

Estos conocimientos han servido de base para la elaboración de técnicas y prácticas conservacionistas.

Para las naciones cuya economía depende de la riqueza del suelo, su cuidado es fundamental. Nuestro país ha tomado conciencia de ello y sus instituciones agropecuarias realizan tareas conservacionistas, que deberán ir aumentando gradualmente para preservar la productividad de todas las áreas agrícolas ganaderas afectadas. 

Datos, Números, Historia...

La erosión hídrica ha producido una disminución de los rendimientos que significan al país una pérdida anual de algo más de 285 millones de pesos (Hacia una agricultura productiva y sostenible en la pampa. Harvard University. CPIA. Buenos Aires. 1998)
A partir de 1974, la EEA INTA Marcos Juárez comenzó al investigación, desarrollo y extensión del sistema de Siembra Directa a través de la secuencia trigo/soja. Para ello se establecieron convenios nacionales e internacionales de trabajo con empresas de maquinarias y agroquímicos, y el desarrollo de una intensa y continua actividad técnica interdisciplinarias le permitió a esta Unidad investigar todos los aspectos relacionados con la siembra directa. 

Así se lograron datos importantes como la respuesta de la S.D. en otros cultivos como el maíz, trigo, girasol, sorgo, pasturas consociadas, est., sobre las mejores rotaciones, sobre el control integrado de malezas, el control integrado de plagas y la evolución de plagas e insectos benéficos, sobre la respuesta a la fertilización en el sistema y al comportamiento y localización de los fertilizantes en el suelo cubierto con rastrojos, sobre la evolución de las propiedades físicas químicas y rendimientos de los cultivos, sobre el comportamiento y diseño de sembradoras y pulverizadoras, sobre su evaluación como práctica conservacionista en diferentes suelos y condiciones de manejo, etc.

La S.D. tiene incidencia positiva sobre la conservación del suelo reduciendo genéricamente la erosión en un 80%, ya que el rastrojo en superficie impide el golpe directo de la lluvia, disminuye el escurrimiento y favorece la infiltración y conservación de la humedad. Por esto podemos inferir que los 285 millones de pesos de pérdida antes mencionados, se reducirían a solo 57 millones si se utilizara este sistema de producción.
La no remoción del suelo facilita la recuperación física y biológica del mismo con beneficios importantes para el medio ambiente, temática que los economistas han comenzado a tener en cuenta afectándoles un valor monetario a los recursos naturales. A esto debe agregarse la reducción de los efectos negativos del sedimento depositado en las vías de agua navegables como así también en el arrastre de biocidas que perjudican la potabilidad del agua para bebida.

También se puede estimar que la S.D. incrementa los rendimientos entre un 10% a un 20%, por mejor oportunidad de siembre, mejor uso del agua, mejor utilización de los fertilizantes, mejor control de malezas, incremento de la materia orgánica. Con este sistema no solo no se pierde rendimiento por erosión, estimado en un promedio de 20% por hectárea, sino que también permite incorporar tierras marginales (erosionadas o muy susceptibles de serlo, y aquellas con restricciones climáticas), a una producción sostenible y sustentable, con beneficios económicos y sociales directos.

Otro aspecto importante en el ahorro de combustible que se estima en un promedio de 40 l/ha. Un cálculo simple no sindica una economía para esta última campaña de 280 millones de litros de Gasoil, ($ 111.720.000) teniendo en cuenta las hectáreas realizadas con este sistema.

Otro ahorro importante tiene que ver con la capacidad empresarial, y es una disminución en el tiempo operativo (mano de obra) del 50%.

El uso de insumos como fertilizantes se hacen también más eficiente en S.D. ya que los retornos para esa inversión son más seguros. Respecto a los insumos de herbicidas que se presentan como los mas importantes la aparición de cultivos transgénicos va a disminuir el costo del control de malezas y el tiempo operativo.

Este sistema de sustentable de producción que ha provocado un cambio estructural en el sistema de producción agrícola en Argentina, muestra una tendencia de adopción creciente en todos los años, asegurando su impacto económico positivo.


Para conocer o recordar

Una cucharada de suelo contiene más microorganismos que toda la población de la Tierra

Los actinomicetes que se encuentran en el suelo le dan cuando está recién labrado ese característico aroma fresco.

El peso total de los organismos vivientes en los primeros 15 cm del suelo en 1 ha es de 5000 a 20.000 kg.

La cantidad de lombrices en el suelo va desde 0 a cientos de miles. En condiciones apropiadas, éstas pueden producir 800.000 pequeños canales por ha que conducen agua a través del suelo después de un chaparrón.

Una cucharadita de suelo contiene más de 50 millones de bacterias

En nuestro país pueden encontrarse más de 5000 series diferentes de suelo.

Las lombrices mueven por año de 1 a 1000 toneladas de suelo/ha

Virtualmente toda el agua fresca que cae sobre el suelo viaja sobre él, a través de él, se evapora desde él, se almacena en él o interactúa con él conduciendo muchos elementos químicos y participando en los procesos biológicos.

¿Por qué es importante el suelo?

El ecosistema en el cual vivimos no podría existir sin él.

Actúa como un filtro para proteger el agua, el aire y otros recursos.

Las bacterias que en él se encuentran oxidan el metano y el óxido nitroso, haciéndolos menos peligrosos

En su crecimiento, las plantas requieren 16 nutrientes esenciales. Excepto tres, los restantes se consiguen en el suelo.

Recicla los residuos orgánicos (hojas, rastrojo, raíces, desechos animales, etc.) en nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas.

Las plantas necesitan una gran cantidad de agua para su crecimiento, y el suelo es la mejor unidad de almacenaje.

Construye un excelente sistema de distribución del agua

El agua subterránea se mueve libremente a través del suelo recargando otras áreas.

El 85% del dióxido de carbono atmosférico proviene de las reacciones encontradas en el suelo.

Las plantas, animales y microorganismos del suelo son óptimos recicladores del carbono, propiciando una saludable atmósfera para todos nosotros.